la hojita de la
Crónica
Fundador:
Bernardo Carlos Casas Tlaquepaque,
Jal., 30 de junio de 2021 No.
46
NACIO
Y MURIÓ EN JUNIO
Isaac
de Loza Díaz
Nació el 3 de junio
de 1922 en Capilla de Guadalupe, delegación de Tepatitlán, Jal., y murió el 9 de
junio de 2002 en Tlaquepaque.
Issac
de Loza Díaz
Hoja . . . 2
Introducción
Suele suceder, hoy en
día, que las fotografías buenas o malas, se tomen como buenas. Esta, que nos
acompaña en la portada, NO ES LA EXCEPCIÓN, originalmente debió haber sido
buena, pero, tomada de la que se publicó en la p. 52 del libro Genio y figura del buen amigo ex
presidente de Tlaquepaque Don Miguel Castro Reynoso, tiene, a fuerza de tantas
reproducciones, el sello de mala.
Dedicamos este número
para hablar de un personaje que dio fama al pueblo alfarero, a través de sus
canciones: Isaac de Loza, quien nació y murió en un mes como este.
Entendemos, y entendemos bien, que falta mucho por decir, quizá una biografía de perfil más humano, para darle claridad a su carácter como hijo, como padre, como esposo, como amigo, como compañero sindicalista. En este aspecto un gran trabajo ha hecho su hija Martha C. De Loza Cruz, quien junto con Castro, son pilares, son piedras angulares para esta Hojita No. 46.
Su
origen
Isaac de Loza Díaz
Nació en Capilla de Guadalupe, municipio de
Tepatitlán, Jalisco, el 3 de junio de 1922, hijo de Cruz de Loza Torres y de
Josefina Díaz, al parecer es el más grande de una familia compuesta por el
padre, la madre y seis hermanos más: Clemente, Martina, Andrés, Agustín, José,
y Jesús.
Su origen, según Castro Reynoso, es muy humilde, dado que de niño tuvo que trabajar haciendo adobes y después elaborando carbón (Castro Reynoso, p. 51), todo lo cual, lejos de hacerlo menos, lo hacen más; lo hacen más grande, puesto que en Tlaquepaque encontró la tierra apropiada para crecer.
En
Tlaquepaque
Benditos son, los que
salen de su pueblo en busca de la vida, porque de ellos es el reino de la fama.
En su rancho haciendo adobes y carbones le hubiera ido bien, sin duda, pero que
mejor haciendo canciones en un pueblo donde se canta, se baila, se alienta a
seguir y se florea a las muchachas con frases nacidas del corazón que son bien
recibidas porque las palabras bien dichas, terminan en matrimonio y aquí, se
casó más tarde Don Isaac de Loza Díaz.
Pero mientras tanto
le tuvo que sudar el coco. Llegó a la edad de siete años y se arrimó al Parián
para ver que jaez. Vio que los mariachis, y uno que otro cliente, le daban
rienda suelta a la voz y al rasgueo de las cuerdas y eso fue como un acicate
para desarrollar el genio musical que escondido yacía en su alma. Se hizo de
una guitarrita, le enseñaron los músicos viejos los tonos mayores y menos, y,
en menos que canta un gallo, ya les cantaba a los clientes.
HOJA
. . . 3
Este
número, como el anterior, lo costean los
compañeros:
Vicente
Moreno Barba y el maestro
Marcos Hernández Cruz
Vicente Moreno Barba Marcos Hernández Cruz
(Continua Isaac de Loza)
Su ejemplo fue
seguido por dos de sus hermanos: Vicente y Jesús. El primero partió a la ciudad
de México y trabajó en la Plaza de los Mariachis, el segundo fue parte del
Dueto Tlaquepaque, haciendo segunda a su hermano Isaac.
La Unión de
Filarmónicos surgió aquí en 1935, según el libro inédito El Sindicalismo en
Tlaquepaque de Bernardo Carlos Casas, y se dice que Isaac de Loza fue uno de
los fundadores. Yo me atrevo a dudarlo porque Isaac para ese año tenía 13 años,
era un niño, lo que sí es cierto que sus progresos en la música fueron firmes y
rápidos, podríamos decir hoy: rápidos y furiosos, pues a los 25 años de edad,
en 1947, compuso el Corrido de Tlaquepaque, quizá pensando en la dueña de su
corazón Concepción Cruz Rodríguez, porque en uno de los versos dice: “son sus
mujeres bonitas/ como un rayito de sol/ que cuando quieren de veras/dan la vida
y corazón.”
Cuatro años más tarde
Tlaquepaque convocó al PRIMER CONCURSO NACIONAL DE MARIACHIS, Isaac de Loza,
que para entonces ya era parte del Mariachi Tlaquepaque, se integró con su
conjunto a la convocatoria y ganaron el segundo lugar con una composición muy
propia de Isaac: Tlaquepaque y México, de una sonoridad verbal y musical que
los jueces alagaron con frases alabadoras pero dieron el primer lugar al
Mariachi Caporales de Guadalajara.
Una nota en El
Informador de esos días dice que la obra original es de un joven compositor
llamado Isaac de Loza, luego agrega: “El mariachi Tlaquepaque, por lo numeroso, acoplado en voces e
instrumentos, creemos. . . que pudo merecer el primero; ese sí que fue mariachi
en cada uno de sus doce mariacheros.”
HOJA.
. . 4
Los dos últimos
párrafos están contenidos, palabras más, palabras menos, en el libro inédito Al mariachi de mi tierra, de Bernardo
Carlos Casas.
Aquí sólo figuran
ocho de los doce mariacheros del conjunto Tlaquepaque ganador del segundo lugar
en el Primer Concurso Nacional de Mariachis. Isaac de Loza es el segundo de
izquierda a derecha.
Los nombres del resto
de filarmónicos están en el libro mencionado.
Carrera
ascendente
Es
lamentable que el espacio para esta Hojita no sea
lo suficiente como para entrar en pormenores de una vida tan ejemplar como la
de Don Isaac de Loza. Cuántos jóvenes de ahora no hallan o no buscan el camino
que los haga hombres de provecho y se tiran a los vicios, la mal vivencia,
vagancia para caer al final en las drogas y en la muerte.
Nos queda espacio
suficiente para decir que era costumbre que algún conjunto de mariachis fuera
acogido por las autoridades para incorporarlo a su nómina. Preferible es tener
en la lista de empleados a personas como lo son los auténticos mariachis, que a
una bola de parientes y recomendados que no saben hacer nada y cobran como
expertos. Los únicos patrones que pagan muy bien la ineficiencia de un puesto
son los gobiernos.
El Mariachi
Tlaquepaque fue incorporado dentro de la Dirección de Seguridad Pública, como
mariachi Municipal.
Ellos tenían por costumbre celebrar el 22 de noviembre a santa
Cecilia, patrona de los dedicados al
arte musical, para lo cual, cada año, ese día, en punto de las cinco de la
mañana estaban frente al templo de San Pedro. Sus instrumentos, como navaja de
peluquero: afilados y afinados. Esto era el inicio: las mañanitas a la santa
jefa. Seguían con otras canciones mientras los feligreses madrugadores (en ese
tiempo casi todo, pues los trabajos así lo exigían) llenaban las bancas. Los
familiares de los
HOJA . . . 5
exponentes de este arte, también estaban presentes y preferían éste, a
otra fecha, para primeras comuniones y matrimonios.
Como las misas eran
rezadas, pronto los despachaba el cura, de manera que a las seis, ya andaban
las señoras en el viejo mercado, en la compra de lo necesario para el almuerzo.
Por la comida ese día no había preocupación, pues toda la familia de los
mariachis se iba de “día de campo”. Allá los maridos jugaban beis bol y se
alternaban para tocar dado que algunos de ellos además de mariachis, eran
beisbolistas.
En el campo saboreaban
chicharrones, carnitas, salsa borracha o martajada, tortillas de puro maíz (de
esas que ya no se acostumbran), y tomaban cerveza, agua fresca o refrescos. La
bebida nacional, el tequila, no desperdiciaba el momento para tener presencia,
de manera que todo era fiesta, alegría, música gratis y gritos de felicidad. Por
ahí andaban borrachos al final Guindo y su burra Clementina, los dos tomaban al
unísono. Los niños acariciaban a la burrita. Algunos mariachis, aunque no
fueran burros, también terminaban borrachos.
Ya muy contentos llegaban al salón Moctezuma donde disfrutaban de una bien merecida cena, bailaban y se retiraban más tarde a descansar. Así era el día de santa Cecilia.
El Trío Tlaquepaque: Isaac de Loza, Arcadio
Gutiérrez y Alfonso Soltero
Hoja
. . . 6
Cada año, desde 1952,
hubo convocatoria para el concurso Nacional, de manera que en el 57, el
mariachi Tlaquepaque ganó el primer lugar, también debemos decir que ese año, a
iniciativa del presidente Anastasio Salas se integró la segunda trompeta al
mariachi y les ordenó a todos los mariacheros se pusieran a estudiar y
practicar para ser mejores.
El año 62, en agosto,
se pusieron las cosas feas y hubo varios muertos y heridos en las carreras de
caballos que se llevaron a cabo en San Pedrito. Fue ocasión para que De Loza,
compusiera un corrido, la cosa más hermosa, qué sentimiento y que tonalidad le
imprimió a su obra. Fue un corrido a la altura de los mejores del mundo.
Conclusión
Hay
muchas cosas que decir, pero sólo nos queda espacio
para estas fotos que hablan por sí solas y ahorran muchas palabras:
Don
Isaac en Progreso e Independencia
HOJA.
. . 7
HOJA . . . 8
Don Isaac de Loza
falleció el 9 de junio de 2002, nació y murió en un mes de junio. Descanse en
paz.
Podemos concluir
diciendo que muchos detalles de su vida de niño, de su paso por la
adolescencia, los días de juventud, sus novias, su esposa, sus niños, su
inspiración, sus relaciones amistosas, el
cómo y de qué murió quedan en el aire con la esperanza de que su hija Martha
nos ilumine el camino para aclarar estas dudas. Serán en beneficio de esas
juventudes extraviadas de las que ya hablamos en el cuerpo de esta publicación.
Martha logró ser primer lugar en un concurso de poesía, por el ejemplo de su padre,
que por ese mismo ejemplo sea su biógrafa, de modo que lo que ahora son
apuntes, sea mañana un libro ejemplar sobre la vida y obra de don Isaac de Loza
Díaz.
El resumen de estos
datos fue posible gracias a los apuntes inéditos de Martha C. De Loza Cruz. Por
la obra de Miguel Castro Reynoso y por los estudios inéditos: Al mariachi de mi
tierra, y el sindicalismo en Tlaquepaque de Bernardo Carlos casas.
La
Hojita de la Crónica, órgano cultural de la Crónica y los
Cronistas Honorarios, sin frecuencia de aparición. Misión: promover la Historia
de Tlaquepaque. Fundador Bernardo Carlos Casas, 8 de enero de 2020.
Colaboradores fundadores: Vicente Moreno, Juan Manuel, José Antonio Galán
Amézquita, Bececé, NödeharD´Skrebir, Isaac Padilla. No. 46, 30 de junio de 2021.
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