la hojita de la
Crónica
Fundador:
Bernardo Carlos Casas Tlaquepaque,
Jal., 13 de junio de 2021 No.
45
200
años de Independencia
Tlaquepaque es
fundamental para entender la Independencia de México, porque aquí, el 13 de
junio de 1821, Pedro Celestino Negrete y su tropa, al grito de ¡Independencia o muerte! Firmó la
proclama que independizaba al reino de la Nueva Galicia (hoy Jalisco) de España
según el Plan de Iguala.
Iturbide y Guerrero en el
famoso abrazo de Acatempan
HOJA. . . 2
El muy respetado historiador, Lucas Alamán desdice a varios historiadores al afirmar que no hubo tal abrazo, sin embargo, lo que sí existía eran dos posturas antagónicas: Agustín de Iturbide por una patria conservadora, y Vicente Guerrero por una patria liberal.
Vamos
dando arreglo a este asunto:
Es un hecho que la
patria ya no soportaba un momento más de ignominia en 1821; también es cierto
que Pedro Celestino Negrete era fiel perseguidor de insurgentes; como por
igual, no se puede negar, que Agustín de Iturbide era monárquico. ¿Qué les picó
a ambos personajes, que de un de repente cambiaron de bando? “Chapulines”
viejos, sin duda. Uno vio la oportunidad de convertirse en primer emperador de
una nueva monarquía independiente de España, y lo fue: Agustín I, emperador de
México. El otro, Pedro Celestino Negrete, vio que era mejor abandonar la lucha
en el campo, dejar de matar insurgentes, cosa que ya le había aburrido, y tener
en el gobierno un papel para escribir con sangre negra o café, y no roja de sangre
del pueblo.
Los españoles, tras
la muerte de Hidalgo, volvieron a poner la bota sobre nuestras espaldas, tal
vez ni la habían quitado, nos mantenían agachados a su voluntad; la santa inquisición
volvió a ser “santa” y, la voluntad monárquica de los dueños del poder volvió a
ser malévola; habían pasado casi once años del movimiento de Hidalgo y seguíamos
siendo vasallos del rey de España, y esto, parecía no tener fin.
Si bien en 1810,
Tlaquepaque había vivido un momento de euforia: todo el pueblo aclamaba al
libertador; era la tarde del 25 de noviembre de 1810, las calles estaban repletas,
el gentío aclamaba a Hidalgo, que venía de Zamora, y quiso dormir en
Tlaquepaque antes de entrar triunfante a Guadalajara. Qué poco le duró su
triunfo, Calleja lo derrotó en Puente de Calderón el 17 de enero de 1811, y
José de la Cruz, español encargado de los destinos de la Nueva Galicia, reforzó
su mano de hierro contra los que había andado con hidalgo, y además, no sólo
contra ellos, sino, los que eran sospechosos de ser insurgentes.
La Historia debe de
juzgar a Pedro Celestino Negrete y a Agustín de Iturbide en su real dimensión,
porque no fue otro su propósito, sino, mantener la chamba con mejores
prestaciones, VENTAJA PARTICULAR, que lejos está de tener el sello de un
patriotismo ejemplar, pues el famoso abrazo de Acatempan no
HOJA.
. . 3
Este
número lo costean los compañeros:
Vicente
Moreno Barba y el maestro
Marcos Hernández Cruz
sucedió, según lo atestigua un historiador bien intencionado: Lucas Alamán. Y si hubiera existido, ¿Vicente Guerrero y su gente aceptaron ser regidos por un imperio?
Ni
Vicente Guerrero, ni alguno de sus insurgentes figuran
en el gobierno del primer imperio en puestos dignos, luego entonces, el acuerdo
que tuvieron en Acatempan Guerrero e Iturbide, les fue perjudicial a los
rebeldes o hubo acuerdos en lo oscurito que la Historia desconoce. Mire, fueron
38 los integrantes del primer gobierno provisional; de los cuales, 19 puestos,
debieron ser para insurgentes, y, dado que el trato fue con ellos, deberían haber
compartido con los realistas el primer gobierno insurgente; pero no, los 38
puestos se los repartieron: curas, comerciantes, viejos realistas y amigos de
Iturbide.
Y cómo no había de
haber curas en el gobierno, si la promesa agustina de respeto a la religión,
era uno de los tres ejes
HOJA.
. . 4
rectores de su proyecto de las tres garantías: una de
ellas: como religión única la católica.
Nuestra independencia
está llena de inconsistencias, como la antes dicha de no entender como Vicente
Guerrero no reclamó un espacio en el gobierno para premiar a la insurgencia, por tantos años de lucha.
Pero, hay otra que por igual no se entiende: el gobierno de Iturbide ponía en
manos de Fernando VII las riendas de la nueva nación. Vea lo que dice el punto
tercero de los Tratados de Córdoba:
“Art.
3° Será llamado a reinar en el Imperio mexicano. . . el señor don Fernando
Séptimo. . . o el señor Infante don Carlos. . . o el señor Infante don
Francisco de Paula. . . o el Serenísimo señor don Carlos Luis. . . o el que las
cortes del Imperio designen. . .”
Entonces ¿Cuál
independencia? Las decisiones de peso las iba a tomar el mismo patrón del que
supuestamente nos emancipábamos. Definitivamente Iturbide buscaba lucirse y de
paso ganarse unos pesos de aquellos de oro que sí valían y, Negrete, como sus
testaferro, ver que le quedaba de aquel río revuelto.
Y
la Güera Rodríguez en medio de toda la farándula entre obispos, insurgentes y
realistas
HOJA.
. . 5
Lo
que pasó en Tlaquepaque
Todos deberíamos de
estudiar la independencia nacional para entender mejor por qué somos, como
somos, los mexicanos. En lo más cercano, en lo de casa, aquí en nuestra cocina,
deberíamos de aplicarnos a estudiar más a fondo la presencia del tal Pedro
Celestino Negrete. Hay muchas dudas de índole moral, y de esencia material.
¿Cómo pudo aceptar unir lo bueno, lo fiel, lo cristiano; con lo malo,
insurgente y libertino? El mismo había combatido a lo malo, lo insurgente y lo
libertino, luego ahora, que le daba por proclamar una independencia que no
sentía. Quizá lo que sintiera fueran ruidos en la azotea; y si las cosas se
volteaban, él, al triunfo de la insurgencia, se quedaría sin moros a quien
cortar la cabeza y, a lo mejor, se convertía en candidato al moche de cabellera.
Entonces, una salida digna era mejor que una entrada a empujones a la cárcel
insurgente.
Ya era junio, y desde
febrero, Iturbide hacía alianzas con curas,
militares, comerciantes y “gente de razón”. Había tenido dos encuentros
con los insurgentes en el campo de batalla y ambos los había perdido, se le
ocurrió que mejor sería establecer un encuentro amistosos con el poderoso don
Vicente Guerrero, hombre a todas luces patriota que buscaba una independencia
verdadera, como la había soñado Hidalgo. Uno de los militares con quien quiso congraciarse
fue con José de la Cruz, el amo y capataz e la Nueva Galicia, pero éste rechazó
el ofrecimiento, sin embargo, tiempo después, andaba buscando acomodo en el
gobierno del primer Imperio, por lo pronto, y para evitar que Negrete creciera
más, lo mando llamar.
Pedro Celestino
Negrete estaba en Lagos de Moreno y el 12 de junio llegó a Tlaquepaque, pero no
para ponerse a las órdenes de José de la Cruz, sino para proclamar la
independencia de la Nueva Galicia, de acuerdo al Plan de Iguala. De esa manera
el día 13, se dio el grito en la tierra alfarera que resonó en todo el reino de
Nueva España ¡¡¡Independencia o
muerte!!!
El reino de Nueva
España lo conformaban dos Audiencias: la de México y la de Guadalajara, ambas
independientes cada una con su Real Audiencia, cada una con su Universidad,
cada una con su gobierno, cada una con su obispado, cada una reportándole
directamente al rey de España.
HOJA.
. . 6
Desde el 26 de octubre
de 2020, yo, Bernardo Carlos Casas, por la gracia de mi interés en la Historia
de Tlaquepaque, comuniqué a mi superioridad lo siguiente:
Casa
Histórica
En
San
Pedro Tlaquepaque
Bicentenario
de
la Proclamación de la
Independencia
de la Nueva Galicia
13
de junio de 1821/13 de junio de 2021
R
e s u m e n
Doscientos años
después de 1821 obligan a hacer un alto en el camino y una reflexión.
Doscientos años después de la proclama firmada allí se pretende juzgar el
momento a través de la Historia. Doscientos años han pasado y una duda
prevalece: que las firmas estampadas en los documentos hayan tenido por sede la
casa 208 de la calle Independencia.
HOJA.
. .7
Por años se tuvo como
verdad irrefutable que allí fue. Pedro Celestino Negrete es apellido afín al apellido de Francisco Martínez Negrete. Negrete uno, Negrete el otro; pero en Pedro
Celestino es sólo Negrete, y en Francisco, es Martínez Negrete. Fácil
es pensar en un parentesco que en realidad no existió.
Si bien, Francisco
Martínez Negrete y Ortiz de Rosas era dueño de esa casa, lo fue 23 años después
de aquel insigne momento; fue dueño de la casa 208 hasta 1834, la firma fue en
1821.
Las placas colocadas
en la esquina de la casa, nada prueban, sino la inocencia de quienes las
colocaron.
Los documentos que se
suscribieron se resalta el lugar como “en la villa de San Pedro” sin decir el
número de la casa.
La calle
Independencia aun no recibía ese nombre, era la calle Real, pues aún la Nueva
Galicia dependía de España.
Luis Pérez Verdía va
más al grano y dice que la firma se llevó a cabo en la casa del señor Teodoro
Kundhart, y esa, del 208, nunca fue del señor Teodoro Kundhart.
P
r u e b a s
El estudio de la
historia no sólo es útil, es necesario, es por el único camino que se llega a
la verdad, aún los escépticos no lo desdeñan aunque no lo admitan como propio
para conocer la realidad, por tanto, hay que tener cuidado en distinguir lo que
hay absolutamente de cierto en los conceptos.
Nadie duda hasta
ahora que los aztecas fueron un gran pueblo, que los romanos fueron un imperio,
que Alejandro hizo grandes conquistas, que existieron las guerras púnicas,
donde Cartago y Roma se disputaron el imperio del Mediterráneo y que Aníbal
salió perdiendo… pero… ¿las batallas fueron tal y cómo las conocemos? ¿Las
negociaciones fueron así? ¿Los romanos no le habrán puesto crema a sus tacos?
¿Qué tal una historia cartaginesa? ¿Diría lo mismo que las historias romanas?
La malicia y el error
son ganchos por donde pasa el agua de la historia y en esos artilugios se van
quedando, verdades y medias, por eso, ante circunstancias iguales preferible es
creer en la historia que cuenta el que anduvo en ella, que la historia más
tarde pasada ya, por muchos canales.
A doscientos años de
aquel suceso, véanse los detalles como se quiera, la verdad se quedará en su
lugar y el lugar que le corresponde no es Independencia 208 sino Independencia
176.
HOJA.
. .8
Los
Negrete no son parientes
Si el principio que
movió a los encargados de la cultura de San Pedro Tlaquepaque para colocar una
placa en 1921, en la esquina noroeste de la casa marcada con el número 208, fue
el pensar que había parentesco entre los Negrete y los Martínez Negrete, no lo
hay por esto:
Pedro Celestino
Negrete
Fue hijo de José
Negrete Lama y de la señora Margarita Falla Bollaín, su nombre completo por
tanto es PEDRO CELESTINO NEGRETE FALLA, quien nació el 14 de mayo de 1777 en
San Esteban de Carranza, Vizcaya, España. Falleció en Burdeaux, Francia el 11
de abril de 1846. Casó en la hacienda de Toluquilla con María Josefa
Olavarrieta Valdés, el 9 de septiembre de 1818. En 1823, cuando Negrete ya era
parte del gobierno de Agustín de Iturbide nació su hijo José Braulio Manuel de
la Encarnación Negrete Olavarrieta.
Francisco Martínez
Negrete
En la historia de San
Pedro Tlaquepaque figuran don personajes con el mismo nombre: Francisco
Martínez Negrete y Ortiz de Rosas y Francisco Martínez Negrete Alba. El primero
es padre del segundo. El primero vino de España y el segundo nació en
Guadalajara, Jal.
En 1848, nació en
Guadalajara el personaje que nos ocupa: Martínez Negrete de Alba, Francisco.
Heredó de su padre, además de la habilidad para los negocios, las relaciones
políticas y la cartera industrial, de
tal modo aprovechó las oportunidades que pronto forjó su propia fortuna
familiar.
En 1868, cuando tenía
19 años se casó con Refugio Cortina Santana, de 17, y al morir su padre don
Francisco Martínez Negrete Ortiz de Rosas en 1874 le heredó una fortuna de más
de 44 mil pesos.
Con la señora Refugio
Cortina tuvo siete hijos, tres murieron en la infancia y le sobrevivieron:
Francisco, Juan Nepomuceno, María del Refugio y Alfonso. La señora Cortina
Falleció en 1889 y Francisco se casó con Rosario Morfín y no hubo descendencia.
Su padre fue dueño de
la finca 208 de la calle Independencia, la cual pasó por herencia a Francisco
Martínez Negrete, hijo. Tal y como se aprecia en el listado de propiedades que
en San Pedro Tlaquepaque tenía aun en 1900. La atención se centra en la parte
final del documento cuando dice: “Fincas en San Pedro Tlaquepaque. . . casa
principal. . . hoy de Corvera. . . 20 mil pesos. . .”
Son, en resumen,
diferentes familias. Los Martínez Negrete, unos, y la familia de Pedro
Celestino, otra.
Luis
Pérez Verdía
Hoja. . . 9
Luis Pérez Verdía,
máximo historiador de Jalisco ofrece en su obra Historia particular de Jalisco, tomo II, página 164, testimonio de
que la firma del documento se llevó a cabo en la casa perteneciente al señor
Teodoro Kundhart. Esa casa es la marcada con el número 176 de la actual calle
Independencia en San Pedro Tlaquepaque.
Por otro lado,
investigadores del Colegio de Jalisco nos dan razón de las dos casas que tenía
en San Pedro Teodoro Kundhart. Una por la calle principal, valuada en 6 mil
pesos y otra si saberse costo ni ubicación.
En seguida se muestra el documento que habla de las propiedades en San Pedro Tlaquepaque de Francisco Martínez Negrete e hijos:
Un
evidencia valiosa
Es la que ofrece la cronista honoraria por el centro de la villa alfarera la señora Carmen Ochoa, quien oyera decir a los Sahagún que compraban la casa con la condición de que los anteriores dueños nunca jamás mencionaran que allí se había firmado la proclama de la Independencia de la Nueva Galicia. Ellos, los Sahagún son los propietarios actuales de la finca en cuestión.
Conclusión
de este borrador
A condición de
explorar más en el asunto y con la valiosa ayuda de la UdeG, Iteso, Archivo
Histórico Militar, Sociedad de Geografía y Estadística,
HOJA.
. . 10
Dirección de Catastro
del Estado, Catastro Municipal, Centro de Estudios Históricos Fray Antonio
Tello e historiadores como Jesús Fregoso, Thomas Calvo, Pedro Vargas, Mario
Aldana y otros más, se podría conformar un equipo de trabajo para deshacer esa
mentira que por 200 años nos acompaña y, por fin, dejar claro el punto, borrar
las placas existentes y colocar una con la anuencia de la familia Sahagún en la
casa que corresponde. De modo que al llegar el 13 de junio de 2021, nazca una
nueva verdad histórica sobre Tlaquepaque.
Viene al caso lo
anterior porque el Cabildo acordó el 27 de agosto que para el año 2021 se usara
en los oficios el lema:
“Año
2021, conmemoración de los 200 años de la Proclamación de la Independencia de
la Nueva Galicia en el municipio de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, México”
Y, yo quisiera, que
para el 13 de junio de 2021, se hiciera oficial por el Gobierno de San Pedro
Tlaquepaque, que el evento histórico no fue en la casa 208 de Independencia sino
en la casa 176 de la misma calle.
Bernardo
Carlos Casas
26
de octubre de 2020
La
Hojita de la Crónica, órgano cultural de la Crónica y los
Cronistas Honorarios, sin frecuencia de aparición. Misión: promover la Historia
de Tlaquepaque. Fundador Bernardo Carlos Casas, 8 de enero de 2020.
Colaboradores fundadores: Vicente Moreno, Juan Manuel, José Antonio Galán
Amézquita, Bececé, NödeharD´Skrebir, Isaac Padilla. No. 44, 13 de junio de 2021.
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