la hojita de la
crónica
Fundador:
Bernardo Carlos Casas Tlaquepaque,
Jal.130320 No.
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Más sobre el Cerro del Cuatro
El
Diario Ntr
del 17 de febrero dice “publican acuerdo para hacer plebiscito en Tlaquepaque”,
luego agrega: El periódico oficial El Estado de
Jalisco publicó este sábado el acuerdo por el cual se ordena al gobierno
de San Pedro Tlaquepaque declarar procedente el plebiscito acerca del centro
universitario del Cerro del Cuatro.
El Consejo
General del Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana (IEPC) del Estado de Jalisco respondió a la solicitud
de aclaración del Consejo Municipal de Participación Ciudadana de
Tlaquepaque que no existían impedimentos legales para declarar procedente el plebiscito solicitado por Gustavo de la
Torre Navarro, por lo que debía emitir la declaración de procedencia en el
término de 10 días hábiles a partir de la notificación.
*
Antiguas calles de San Pedro
La principal calle en algunos
pueblos era la calle Real. Después, en republicanos días, Independencia. Calle
Independencia es ahora, la antigua calle Real en San Pedro Tlaquepaque. Eso,
más o menos todos lo sabemos… pero, casi
nadie sabe que la avenida Bulevar Tlaquepaque se llamó Calzada del Ejército; y
mucho más tiempo atrás, Paseo de Guadalajara. ¿y otras
calles?
Empezamos por la conocida calle
Obregón, la cual se llamó San Andrés
hasta 1935. La Madero fue la calle Constancia.
La Guillermo Prieto, Parroquia. La
Emilio Carranza, San Martín. La
Palma, Glendale. Otras, que desde el
siglo antepasado habían cambiado de nombre son: Morelos, Soledad. Leandro Valle, Del
Valle. 16 de Septiembre, Porfirio
Díaz. Tonalá, Mesones. República
de Cuba, Registro. Uruguay, Cabañas. Venustiano Carranza, Río
Seco. Había calles como la del Toro
Bravo, Cuervo, Paraíso, Órganos, y Porvenir y Progreso. Estas dos últimas
dos aun no cambian de nombre. Progreso, por determinación edilicia debería de
llamarse ahora Alfredo R. Plasencia, pues así está asentado en libros de
Cabildo desde el 10 de febrero de 1978.
Sugerí a Marcos Rosas colocar
bajo la nomenclatura actual, una placa de forma
oval en cerámica que dijera “calle antigua de…” y, aceptó, y allí están
las placas ovaladas desde 1995.
*
Toluquilla porfiriano
Hubo un bandolero en Toluquilla
de nombre Néstor Mariscal cuya misión era tener en desasosiego todo el valle.
La gente, al saber de su paso, encerraba a sus hijas en el pozo y se atrancaba.
La sola mención de su nombre era dolor de estómago, “anduviera solo, como
quera, pero era un bolón de pelaos” dijo un contemporáneo. Un día don Porfirio se
enteró y mandó gente a reforzar la seguridad en el área, y pidió a cada
hacendado cinco jinetes armados y entrenados en las armas. Se formó en
Toluquilla un cuerpo, local y federal que desterró a Mariscal, y puso paz
también en Chapala, Poncitlán y Ocotlán. (Fuente: periódico El Agricultor
Mexicano, D.F., 1 de marzo de 1903, consulta BCC)
*
El cuento de hoy
Por Nödehar
D´Skrebir
La rana y el
caballo
Una rana, toda verde de envidia,
vio como un caballo de sedosas crines cargaba sobre su lomo a un jinete: Fue
con Júpiter y le pidió con toda su alma le concediera la dicha de ser como el
caballo: llevar encima de su espalda, algo, un algo; si no un caballero
chiquito, un ranero que la guiara como el gentil caballero, a su fiel jamelgo.
—me dejara de llamar rana –dijo- si
no me lo concedes, ¡Oh Júpiter, mi amo y señor! En prueba de mi filial afecto
te rezaré tres Padres Tuyos, cada día y cada año miraré hacia el Olimpo como
miran los mahometanos hacia La Meca y los cristianos hacia Roma—. Eso dijo la
engreída rana.
El dios, que a todos complace en
abundancia, con solo pedir recibiréis, a veces uno pide una lluvia y los dioses
mandan un chubasco, la rana recibió por ranero a un galápago europeo que en
cuanto estuvo en el lomo de la rana se la comió, pues les encantan los anfibios
frescos y gelatinosos. Desde entonces los galápagos europeos comen ranas y
sapos, sin sal, porque les estropea el corazón.
*
Minuta
junta cronistas 04-03-2020
Asistentes: F. Montero,
K. Velasco, S. Barboza, M. Morales, M. Morales, A. Galán, Evaristo, B. Carlos,
A. Fierros, E. Huerta, V. Moreno y F. Hernández. Puntos generales: la Hojita,
Mesa Directiva, cuota, casa 158, Fluya, Toastmasters, Aplicación para edificios
y monumentos. 1.- se entregó a los asistentes la Hojita 7. Hubo comentarios. 2.-
se sugirió siga la misma mesa directiva por el año 2020. Se aprobó. 3.- otro
punto a tratar fue la cuota. Hasta la junta siguiente. 4.- Porfirio Díaz llegó
a la casa 158 de la calle Constitución. Se colocará una placa. 5.- Fluya. F.
Montero se encargará. 6.- Toastmasters. Vayan los que gusten, lunes 20 a 22
horas. 7.- App para monumentos y edificios de TLQ. Lo verá F. Montero.
Desahogo:
Sobre punto 1, la
Hojita, hubo varios comentarios: que se modifique su formato, que resulta
grande, que se imprima, que tenga mejor presentación. Acerca del punto 2, la
mesa directiva actual, se votó por su permanencia con aceptación unánime. El
punto 3, sobre la cuota, no se modificará hasta que el tesorero no entregue un
estado de entradas, salidas y saldo. En cuanto a la visita de Porfirio Díaz,
demostrado con papeles en la mano se tiene la certeza que estuvo hospedado en
Constitución 158, se procederá gestionar la colocación de una placa. Por lo que
concierne al punto 5, Fluya, Félix es el contacto entre los libreros y los
cronistas, por tanto, lo que él decida, bien decidido sea. Nosotros debemos
darle apoyo a sus decisiones. El punto 6 se refiere a Toastmasters y en este
punto, Félix Montero presentó al señor Armando Izquierdo, quien luego de
elogiar las ventajas de saber hablar en público invitó a los presentes para
asistir los lunes de 20 a 22 horas a las sesiones que tienen en la casa y consultorio
que fuera del Dr. José Ríos (+). En desahogo del punto 7, se busca tener una
aplicación que permita apuntar tu móvil a un edificio o monumento de TLQ para
saber del inmueble sus datos generales. Se tienen las bases de datos para
empezar a programar la aplicación.
Puntos generales:
Aldo Fierros sigue
trabajando en su proyecto. Epifanio en lo de la Semana Cultural. Félix Montero
está viendo lo de Fluya, Karelin habló de donación de libros para una
institución educativa, también los sábados de rondalla en mayo. Silvia felicitó
por la Hojita. Mario está fascinado con la lectura de Estampas de Tlaquepaque,
lo recomienda; también se refirió a una galería de fotos de personajes o
monumentos por la calle Independencia, se le pidió presentara un proyecto para
fortalecer la idea. D. Manuel quiere que hagamos un folleto o tríptico sobre El
Refugio, se le pidió materializara la idea en un borrador con los puntos que él
considere para el folleto, se le prestaron los anteriores 4 folletos sobre el
tema, insistió en saber en qué se gasta el dinero de las cuotas y de la venta
de libros, porque cree que sin base alguna se quieren cobrar 50 pesos por
sesión, se le dijo que todo eso se redujo a la presentación del balance del
tesorero. Antonio adujo que se debe dar un mejor formato a la Hojita. Vicente
habla de mejorar la presentación de la Hojita y dado que no hay apoyo, apoyar
nosotros mismos. Francisco Hernández presentó su trabajo de ingreso, lo tiene
la Comisión de Admisión para su estudio. Se le pidió trabajo de ingreso a
Evaristo.
Bernardo Carlos Casas
Foto:
Félix Montero (Félix: te faltó luz)
*
Hechos
y sucedidos notables de marzo
El 1 de marzo de 2009, La
Jornada publica una interesante entrevista al distinguido bisnieto del padre
Alfredo Ramón Placencia. Nosotros hemos creído que dada la circunstancia que el
padre poeta vivió aquí por la calle de Progreso y en vista que fue un enamorado
de la vida y la gente de Tlaquepaque, presentársela a usted tal y como se
publicó entonces, pues nuestra misión es dar a conocer hechos y sucedidos en
este municipio, dice La Jornada del 1 de marzo de 2009:
Alfredo Placencia Jáuregui,
sacerdote y poeta, nació el 15 de septiembre de 1875 en Jalostotitlán y murió
en Guadalajara el 20 de mayo de 1930 En entrevista con Proceso Jalisco, su
bisnieto Samuel Gómez Luna Cortés relata cómo su abuelo Jaime Cortés –al que
Plascencia le dedicó su poema Ad altare– le describió su infancia y su juventud
El resultado es un valiosotestimonio sobre el secreto que la sociedad de la
época le impuso a la paternidad del sacerdote que con el tiempo fue reconocido,
aunque insuficientemente celebrado como poeta “Nos hace falta una biografía de
Plascencia para entender mejor sus poemas, porque casi todos son
autobiográficos”, ha escrito el ensayista Gabriel Zaid Aquí se da un paso en
este sentido
Los ojos de la última persona
que vio vivo al gran poeta Alfredo R Placencia se cerraron en Guadalajara, hace
dos semanas Era Jaime Cortés, hijo del inspirado sacerdote de Jalostotitlán,
que “murió en paz porque superó el estigma de su origen, se abrió de par en
par, sin vergüenza alguna y reconoció la sangre que le corría por las venas”,
afirma su nieto Samuel Gómez Luna Cortés
En diciembre pasado el escritor Luis Sandoval Godoy solicitó a la familia una foto de don Jaime para ponerla en su más reciente libro, Alfredo Placencia: dolor que canta Cuando salió de la imprenta, Samuel corrió a llevárselo a su lecho y leyó el poema Ad altare, que tiene la dedicatoria: “Para mi hijo Jaime, con devota ternura”, y aquellos versos amorosos, ufanos, orgullosos:
Oh ¿qué música es ésta,
Que por mejor sentirla se empina el río
Y se pone de fiesta?
Todas las frondas cantan al hijo mío
Y hasta la cuesta
Que por mejor sentirla se empina el río
Y se pone de fiesta?
Todas las frondas cantan al hijo mío
Y hasta la cuesta
Al poco rato de oír estas
palabras, Jaime Cortés murió en la casona que el poeta construyó en Tlaquepaque
hace más de 80 años
–¿Cuáles son los primeros recuerdos de usted que tienen que ver con Alfredo Placencia? –se le pregunta a Samuel Gómez Luna Cortés
–Vienen desde los tres o cuatro años de edad Mi abuelo Jaime, un hombre alto, fuerte, de ojos verdes y con voz de trueno, empezó a ser una presencia preponderante en mi vida Luego estaba mi abuela Choche, Josefina Cortés, y en medio de ellos un retrato grande, de un tamaño similar al de una persona viva, de quien todos llamaban con respeto el padre Placencia Durante mucho tiempo no supe a ciencia cierta quién era ese anciano de mirada triste que nos acompañaba en las reuniones familiares Había hermetismo para guardar el secreto de nuestro origen Todavía hasta los seis o siete años de edad yo seguía oyendo que la madre de mi abuelo era su madrina, y el padre, su padrino
“Cuando cumplí los 10 años empezó a quedar claro el panorama: Placencia era mi bisabuelo y mi abuelo era su hijo Empecé a armar el rompecabezas Por ese tiempo cayó a mis manos El libro de Dios, con un estudio introductorio del maestro Ernesto Flores (Hay una edición del Conaculta, Tercera Serie de Lecturas Mexicanas, 1990) Aquellas palabras que le decía el poeta a Jesús: ‘Así te ves mejor, crucificado’, fueron un mazazo en la cabeza para mí Y más, saber que aquello lo había escrito el hombre que era el origen de la familia
“Debo decir que fueron muchos años de intensa búsqueda de mi parte para saber dónde estaban las raíces Dicen los latinos: origen es destino No se puede ir a ninguna parte si no se sabe de dónde se viene De igual manera sufrió mi abuelo al enterarse tarde quién era su padre de sangre”
–A partir de entonces ¿quedó despejado el camino para conocer la verdadera historia del poeta?
–No fue de golpe Fue un encuentro gradual El hermetismo no se despejó de la noche a la mañana Quizá fue hasta los 14 años cuando ya no hubo ninguna duda Yo frecuentaba a mis abuelos en su casa de Tlaquepaque, cuando menos los fines de semana, y luego una o dos veces entre semana Las pláticas con mi abuelo, en especial, transcurrían entre la sala y el comedor, degustando quesos que le fascinaban, oyendo música clásica y ópera, y recitándome de memoria trozos textuales de La Ilíada y La Odisea
“Un día, sin más rodeos, le pregunté directamente quién era el padre Placencia y se escabulló diciendo que era su padrino Recurrí a mi abuela y luego a algunos tíos cercanos, que coincidieron en señalar la relación de sangre Pero lo demás eran puras vaguedades
“Con el paso de los días volví a la carga y le repregunté a mi abuelo Jaime Andaba sonriente, muy abierto y me platicó muchas cosas Dio rienda suelta a esa gana que tenía de platicar las cosas que tenía escondidas durante tanto y tanto tiempo Me platicó detalles que nadie sabía y llegó a responsabilizarme de un papel curioso, algo así como el albacea de la familia, el cronista, el vocero de la historia del padre Placencia Quizá pensó que había pasado el tiempo suficiente para que se supiera todo y me dijo: ‘Bueno, de aquí en adelante, joven, a usted le toca representar a la familia Lo que usted crea que se debe hacer público sobre la vida personal del padre Placencia, yo también estaré de acuerdo’”
–¿Desde cuándo supo con certeza su abuelo Jaime que era hijo del sacerdote Alfredo Placencia?
–Mi abuelo nació el 12 de octubre de 1920 y fue registrado como Jaime Cortés Carrasco Eran los apellidos de su madre Por las pláticas que tuve con él sé que cuando menos en dos ocasiones Placencia le habló, cuando era un niño, y le advirtió, sin aclararle los detalles, que tendría que ser valiente porque llegaría el momento en que oiría a la gente hablar cosas malas de su origen Había ambigüedades
“Después de la muerte del padre, mi abuelo ya sabía de dónde provenía, pero un día que estaba con su madre en La Barca –ya tenía unos 22 años, según me contó–, mientras aguardaba a la entrada de un templo llegó el cura Como éste era anciano, le habló para que le ayudara a subir un escalón: ‘Hey, tú, Placencia, ven a ayudarme por favor’ Se quedó congelado mi abuelo con aquella indicación, pero acudió y luego oyó del mismo cura: ‘Gracias, Placencia, mañana nos vemos’ Si había alguna duda, allí quedó todo claro
“Fue una prueba dura saber el origen y luego tener que guardar ese hermetismo para cuidar la imagen de Placencia y la imagen de la madre
–Y empezó usted a hablar sobre Placencia
–Sí Hace cuatro años presenté un escrito sobre la vida de Placencia en la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco y un año después me invitaron, en la Feria Municipal de Guadalajara, a retomar el tema No trato de mostrar a un santo, que no fue mi bisabuelo; al contrario, era humano, demasiado humano Pero la idea ha sido también enfrentar una serie de datos falsos que han circulado en torno de Alfredo R Placencia
–Su abuelo, Jaime Cortés, ¿cómo se sintió durante estos últimos cuatro años con la publicidad de la noticia?
–Se sintió orgulloso y, podría decir, hasta liberado El origen oculto de su vida no podía ser sino el más natural (en aquella época) y además había una plena conciencia de la importancia capital del padre Placencia Ya no había nada que se pareciera al pecado, sino al orgullo de ser un sucesor directo del poeta
“Don Luis Sandoval Godoy dijo una cosa que jamás olvidaré: se mostró emocionado de conocer a alguien por cuyas venas corre la sangre del ilustre hombre de Jalostotitlán Y esta última época de reconciliación de mi abuelo y de nosotros con nuestro propio origen se cerró de alguna manera con el libro de don Luis, Alfredo Placencia: dolor que canta
“Yo tuve que convencer a mi abuelo para que posara para la foto que viene en el libro y le dije que había llegado el momento de dejar las cosas más claras, si hiciera falta Luego que aceptó estuvo esperando con ansia el libro y en su lecho de muerte supo de su salida de la imprenta Le alcancé a leer unas líneas y él me preguntó que si tenía el libro la letra grande, para poder leerlo en cuanto se recuperara Tenía 88 años y muchas ganas de seguir viviendo, pero se quedó dormido plácidamente para siempre” l
*
La
Jornada entrevista a Barba
El 12 de marzo de 2012
La Jornada entrevista a Alfredo Barba Mariscal. Le compartimos un fragmento,
dado el espacio, pero el texto completo de la reunión está a su disposición.
El aspirante a la alcaldía de Tlaquepaque por el PRI, Alfredo Barba
Mariscal, admite que fue alcohólico y que tuvo una amistad con Ignacio Loya
Alatorre, empresario al que las autoridades federales le atribuyeron nexos con
el Cártel de Sinaloa.
Abogado de carrera, Barba Mariscal, hijo del líder sindical Alfredo El
Güero Barba Hernández –dirigente de la CROC que mantiene un control férreo de
su partido en el municipio desde hace más de tres décadas–, relata que hace
seis años buscó la misma candidatura pero “las condiciones no eran las
adecuadas” y su padre no lo respaldó porque, justifica, él sólo busca “el
crecimiento del partido”. En entrevista, el aspirante de
44 años cuenta: “…
La Hojita de la Crónica, órgano cultural de la
Crónica y los Cronistas Honorarios, sin frecuencia de aparición, Misión: promover
hechos y sucedidos en Tlaquepaque. Fundador Bernardo Carlos Casas, 8 de enero
de 2020. Colaboradores hasta el momento: Vicente Moreno y Nödehar D´Skrebir.
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