jueves, 21 de enero de 2021

La Hojita de la Crónica No. 29

 

la hojita de la

Crónica

Fundador: Bernardo Carlos Casas    Tlaquepaque, Jal., 30 de noviembre de 2020         No. 29

Agustín González García

—Escultor contemporáneo—

 

En este número escribe Bernardo Carlos Casas

  

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Entrevista: Angélica Pratt Enríquez

 

Agustín es un gran escultor de Tlaquepaque en cuyas obras plasma su espíritu y en cada una de ellas deja su corazón. Las ama a todas por igual, como si fueran, de hecho son, sus hijas del arte, y cada una de ellas, como en la vida, son diferentes; sólo que andan desperdigadas por ahí, pero en buenos sitios, y hasta en los altares. Es por eso que Agustín vive feliz.

No es un hombre grande, no es un hombre chico, por su físico se puede decir que es un maestro: tez blanca, ojos hundidos, ceja poblada, pelo entrecano y enmarañado, risa sincera y fácil; parece un extranjero que enseña su arte a los nativos. Pero en cuanto a su espíritu, parece nativo: un nativo noble, humilde, servicial, como son nuestros nativos, y han sido siempre.


En efecto, Agustín es de aquí, en nativo de Tlaquepaque, nació en Donato Guerra 218, el 28 de mayo de 1952; es del barrio de San Juan, hijo de Salvador González Gutiérrez y de Benita García Calzada, Agustín es el tercero de la familia González García.

La vocación por el arte escultórico le nace a raíz de ver a su padre hacer juguetes de madera, para sus niños, para Agustín, para sus hermanos.  Eran juguetes de aquellos que a su progenitor le divertían cuando niño y que él mismo labraba. Fue testigo, Agustín, de cómo elaboraba su papá un tosco trompo, que ya pulido servía para jugar. Araditos de palo, yugos de juguete y otros chirimbolos o artefactos con los cuales don Salvador se divertía en su rancho. Fuera la gente pobre o rica los cacharros para jugar, eran de madera. Si bien había troquitas de hoja lata y muñecas de vinil y plástico.

La tierna infancia de Agustín pasó como suelen pasar esos años, esos meses y esos días, entre sueños de grandeza, juguetes de palo, penitencias del cura y capirotada de semana santa. “nos regañaban porque jugábamos” dice Agustín muy sonriente de recordar aquellos días.

Al inicio de la pubertad, ya en secundaria, le dio por hacer figuras de barro y de madera, las cuales, regalaba entre sus amigos. Ellos lo animaban a que las siguiera haciendo, acaso en su interior sentía como si le dieran a tomar una cucharadita de ánimo, jarabe que en todo tiempo reanima y es buen tonificante para seguir adelante.

Adelante siguió Agustín, ya no paró, pocos fueron los estímulos pero fueron sinceros y él, los tomó en serio, de modo que las decepciones las superó con trabajo y dedicación.

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Todo aquel que se dedica suele salir adelante. Ya en prepa, el  propio Agustín, tuvo la experiencia de vender su arte semiprofesional, a cierta casa comercial, empresa como todas las demás, paga barato y vende caro. Le pagaron sus cuatro ángeles a precio de barro, en vez de ganar perdió, pero esa decepción no le afectó: no les volvió a vender, y lo que pudo haber sido un complejo que lo tomara en serio y lo desanimara, fue un acicate que le ayudó para estar en el camino del éxito.

El éxito no viene por sí solo, es un fauno que anda por las nopaleras tocando su flauta mágica, pero cuando el profano lo halla, le canta las mañanitas, lo encanta y la presta la llave de la superación.

Agustín se superó, y dice: “Si bien mi primera obra fue un arcángel de madera, cuyo comprador le puso mil reparos para pagármela barata, la que yo considero como la del arranque fue un elefante de tres metros y medio, en madera, que trabajé junto con el señor Jorge Zaragoza. Nos pagaron cien mil, pero el trabajo bien valía 300 mil pesos. De ahí en adelante empecé a exhibir mis producciones en la presidencia de aquí, en el Refugio, en la Casa de Cultura de Guadalajara, en el ex convento del Carmen, Patio de los Ángeles, Ajijic, en la Casa de las Artesanías de Jalisco y en Los Ángeles, Cal.”

González García ha recibido reconocimientos a su labor como artista de la madera del propio Ayuntamiento, de Mascota, de Reactiva Jalisco y de Celanese de Ocotlán.

Por otro lado celebra estar en medio de una familia dedicada al arte: su hermano mayor, Fernando, es guitarrista; José de Jesús es pintor y músico; Carmen, decora en hoja de oro y José Luis hacía cruces en herrajes, ahora los hace su hija. Su hijo Alejandro estudió animación y su hija Julieta dibuja y sigue estudiando

Casi todos los ejecutantes de arte en Tlaquepaque pasan por momentos de extrema dificultad, pues a veces “nada el pato y a veces ni agua bebe”, pero, dice el dicho, llórate pobre y no solo, Agustín no está solo, tiene en su gremio compañeros como Jaime Panduro, Carlos Bustos, Mario Reyes y pertenece a la Casa del Artesano, de manera que las penas, se vuelven buenas  con una panecito de los que hornea Peter Pan, Pedro Reyes, primo de Mario Reyes. Además a Agustín, le llena de gusto que Jennifer Mare, fotógrafo estadounidense le haya hecho un libro ilustrado con sus obras, y mucho le honra también que el fotógrafo Gary Geiger incluyera en su libro algunas obras de  Agustín.

Primeramente se concibe la idea, y ya teniendo la idea en su mente la dibuja, posteriormente tiene que pensar en el material que va a utilizar, buscando el más apropiado como por ejemplo la madera que no es fácil conseguir por ser de grandes dimensiones y pesada. Ya que se tiene la madera se traza en ella la figura para luego comenzar a desbastar que no es otra cosa que ir quitándole a la madera los trozos que le estorban y así va dándole forma al objeto que quiere lograr y por último se lija la figura para darle la terminación que se requiera, ya sea textura rugosa o tersa.

 

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Agustín tambien imparate clases de escultura en su taller.

Finalmente ve en los jóvenes el futuro de la nación y agrega:

“Que no desistan, que sigan el camino que sus anhelos tienen. Al principio es difícil, pero después sobresaldrán en su empeño, dice que este arte es recomendable siempre y cuando les guste y sientan que es su vocación.”

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Lo santo no quita lo iracundo

Hemos visto a lo largo de estos 29 números, cómo no estamos tan libres de culpa, que podamos arrojar la primera piedra. Aún los señores de quienes los cristianos piden predicación con el

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Ejemplo, porque son sus guías espirituales, tienen culpas. Todo el culperío tiene su origen en el género humano: somos humanos y estamos sujetos a las pasiones, aunque hayamos jurado por nuestra fe, vencer los vicios. Es humano enojarse en grado superlativo: en nosotros los pecadores es pecadote, en los señores de la jerarquía eclesial es pecadito, ES UN SANTO PECADO.

El caso que el cura primero que tuvo la parroquia de San Pedro, don Juan Nepomuceno Ramírez y Zavala mandó decir a sus superiores que el padre Arguello tenía rasgos de locura . . . que él, Nepomuceno, no podría soportar la infamia, de que la Mitra, le hubiese dado tanto poder a Arguello.

El documento en el Archivo del Arzobispado dice así: “El Sr. Cura Juan Nepomuceno Ramírez y Zavala pide al gobernador de la Mitra, Don José María Aristoasena que de ninguna manera tenga tratos con el padre Arguello, tiene rasgos de locura y que lo tratara con tiento hasta donde su paciencia se lo permita, y que si la Mitra le ha dado poder al P. Arguello para que continúe en su lugar, él no podrá sobrellevara esa infamia.

San Pedro, dos de enero de 1863 (Archivo del Arzobispado, caja 1, parroquias)

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Cosas nuevas en San Pedro

Estatua al niño de las gallinas en Guillermo Prieto e Independencia

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Cosas que afean al pueblo mágico

Un montón de equipales a la vista del turista en el portal oriente de El Parián

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Refranes raros o poco conocidos

4 Boñigas hacen espigas.

5 Pide a Dios y a los santos; pero echa estiércol en tus campos.

6 Quien nada en la abundancia, lo mismo vive aquí que en Fancia.

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Les negaban los sacramentos

 

A nuestros muy ilustres antepasados les negaban los sacramentos, si no cooperaban. Mire: “Los hijos del pueblo de Tlaquepaque, principales y diputados piden a su ilustrísima, los ampare, pues el padre vicario no quiere administrarles los sacramentos, con el pretexto de que las obenciones que tiene no son bastantes. Ellos argumentan, que los ornamentos, vasos sagrados, cera, vino etc., todo lo costea el pueblo, por tanto piden un arancel.

Contesta Nicolás Carlos, Obispo de Guadalajara, que sigan ayudando en lo que hasta ajhora han hecho, y que los mayordomos no hagan gastos extraordinarios. Nicolas Carlos les contesta el 21 de junio de 1727)

 

(Caja 1, expediente 26, carpeta 1725)

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La máquina de escribir

Quien hablaría de pensar que la máquina de escribir llegara a su fin, si en el siglo 19, fue uno de los inventos más gloriados junto con la bicicleta, el telégrafo, el teléfono, el automóvil, el foco, el gramófono y otros inventos más, de manera que se llegó a decir que la humanidad no conocería mejor siglo que ese, “pues qué más se podría esperar”

La cosa es que al final de siglo 20 el aparato aquel que hacía tipos a través de una cinta y dejaba en el aire un sonido característico fenecía en todo el mundo, menos aquí.

Don Marcos (en paz descanse), presidente municipal, regaló en 1995 una máquina nuevecita, sin desempacar, al Círculo de Estudios Históricos de San Pedro Tlaquepaque (mucho nombre y cero estudios) para que tuviera “donde” escribir sus investigaciones, además les otorgó 500 pesos cada mes para desahogo de sus juntas mensuales, sus cafecitos, pastelitos y refrescos, vigente la lana, mientras él, presidente.

El famoso círculo murió virgen sin ser mártir, pues en su vida útil nunca contribuyeron con una letra al beneficio cultural del municipio, lejos de eso, enredaron las pitas al afirmar siempre, que El refugio había sido construido desde 1859, que Tlaquepaque tenía fecha de fundación y también sostenía que en la casa 208 de la calle Independencia se recibió a Hidalgo y que allí se había proclamado en 1821 el respaldo al Plan de Iguala.

Hoy nada de eso no lo podemos afirmar con la verdad en la mano, lejos de eso se vislumbran nuevas investigaciones, sobre todo, en el caso de la casa que tal vez no tenga por qué ser más tiempo, catalogada como histórica

Me acuerdo bien de todo eso porque yo, en cambio, escribía a mano, en el cuarto marcado ahora con el número 307, en el patio del Mango, en el Refugio, sobre una mesa de cerveza Carta Blanca, el libro 1, Santa Anita, sin retribución ni qué nada, menos 500 para cafecitos.

Magias de las máquinas de escribir, sin duda y maquinaciones contra mí, que han de brillar mi corona de martirio, pero no de virgen.

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Por el Norte de Jalisco: plaza de Huejúcar

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Libros recomendados para cronistas

LEEMOS MEDIO LIBRO POR AÑO, EL PROMEDIO MUNDIAL ES CUATRO EN SU NIVEL BAJO, VAMOS APURÁNDONOS A LLEGAR A LA MEDIA MUNDIAL, TAN SIQUIERA:

Tal vez nos haga bien leer estos libros para tener varillas y cemento para nuestras columnas literarias:

Gramática y redacción, Paul C. Jagot. Rasgos de buen humor, Alberto M. Brambila Pelayo. Ejercicios lexicológicos para el buen aprendizaje de la lengua española, Miguel Salinas. El arte de hablar bien y con facilidad, Paul C. Jagot. El castellano de los clásicos, Félix Restepo, S.J. Pasado, presente y futuro, autores: LL, EE y TF. Gramática española, segundo libro; Emilio Marín. Ortografía castellana, Manuel García Pérez. Dos cursos de redacción práctica, Martín Alonso. Ideas y trucos para mejorar el vocabulario, José Serra. Cómo hablar y escribir correctamente, Julio de la Canal. Cincuenta composisiones en verso, José María González. La escuela del orador, Alfredo Reina Reguera. La formación del estilo, Luis Alonso Schokel, S.J. Elementos de Gramática española, D. Andrés de Manjón. El arte de escribir y la formación del estilo. Antonie Albalat. El arte de escribir con facilidad, J. Ladrón de Cegama. Ortografía racional y ortografía empírica, Alberto Valenzuela Rodarte. Gramática española, 1° libro, Emilio Marín. La cocina de la escritura, Daniel Cassany. Cómo hablar bien en público, Dale Carnegie. Lectura en voz alta, Juan José Arreola (eligió). Para conversar e influir mejor, N.D. Lafuerza. Curso de redacción, G. Martín Vivaldi. Construcción y escritura de la Lengua Española, Miguel Salinas. Lengua Castellana, M. del Toro Gómez. Gramática española, tercer libro, Emilio Marín. La educación del estilo, Paul C. Jagot. Curso avanzado de composición, Moreno Lacalle. Gramática inductiva de la lengua española, Miguel Salinas. Cuentos, leyendas y poemas, Miguel Salinas. El galano arte de leer, Miguel Michaus. La fuerza de las palabras, Selecciones del Reader´s Digest. Compossing with style, Sr. AgnesPastva.

 

 

la Hojita de la Crónica, órgano cultural de la Crónica y los Cronistas Honorarios, sin frecuencia de aparición. Misión: promover la Historia de Tlaquepaque. Fundador Bernardo Carlos Casas, 8 de enero de 2020. Colaboradores fundadores: Vicente Moreno, Juan Manuel, José Antonio Galán Amézquita, Bececé, NödeharD´Skrebir, Isaac Padilla.  No. 29, 30 de noviembre de 2020. bercar_casas@hotmail.com

https://cronistabernardoccasas.blogspot.com/

Se respeta la libre expresión de palabra de los colaboradores

 

1 comentario:

  1. Es una publicación entretenida, pero más que eso, tiene gracia que los cronistas de Tlaquepaque editen esta Hojita, algo tan siqiera, ninguno de los demás municipios de Jalisco haceal menos esto.

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