Apuntes
para la Historia de Jalisco y Zacatecas
Bernardo
Carlos Casas
4
1
enero de 2023
EL
OFICIO DE HISTORIADOR
Todo historiador pasó
más de alguna vez el trago amargo de la incomprensión. La sufrió el maestro DE
HISTORIA, el alumno, el aprendiz del oficio y el autodidacto. Doña
Incomprensión para todos tiene palo y a veces se reviste de historiadora para
que se la crean. Pero yo presiento que el hábito no hace al monje.
San
Cristóbal de la Barranca, Jal. (Foto: BCC)
Le dije a una
historiadora, tal vez de esa categoría que decimos: “di con un documento donde
los españoles mercedan tierras a Cristóbal Romero, fundador del pueblo de San
Cristóbal de la Barranca, a cambio de 57 pesos en oro…”.
Más tardé yo en
contártelo ahorita que ella en contestarme: “Eso es imposible, eso es mentira;
lo que pasa es que todo mundo —hasta los cronistas— se creen historiadores. . .
hay que leer bien. . . por eso se llaman M E R C E D E S porque se mercedan, no
se venden. . . en estos tiempos cómo hace falta que los aprendices vayan a la
Facultad de Historia y no anden con sus cosas. . .”. Todo eso dijo.
Me quedé pasmado, perplejo, de a seis ¿Qué decir ante palabras de la facultativa Incomprensión? Revisé el documento, era correcto. Doña Incomprensión siguió tan campante. Solo sé decir que se llama Laura.
El nombre
Incomprensión, es como el de Encarnación, se aplica por igual al másculo que al
fémulo. Don Incomprensión se llama Jorge. Fue regidor y chapulín saltimbanqui,
muy culto y muy refinado —según él—. Anda como libélulo de partido en partido.
Llevó al bar a sus
siempre incondicionales amigos y me invitaron a su mesa. La plática tomó el
rumbo de José Fouché, cuya biografía escrita por Stefan Sweig casi terminaba yo
de leer.
Don Incomprensión a
todo lo que yo decía ponía reparo: “Estás equivocado, mi Bernardo, eso no fue
así, yo sé la vida de Robespiere de José
Focuhé ...”. Se hacía pasar como erudito de la vida de Fouché. Como eso de estás equivocado mi Bernardo se
repitiera una, otra, y otra, y otra y otra vez, hasta el cansancio terminé por
callarme y retirarme. Había quedado Jorge muy bien con su gente, con tanta
verborrea y, yo en el más vil ridículo.
Pasaron muchos meses. Un día pregunté a uno de sus amigos por Jorge y me dijo: “Está leyendo la vida de José Fouché”
Doña Incomprensión y
don Incomprensión son cuchillos de palo que no cortan pero ¡Ah! Como magullan
al historiador, a sus alumnos, a sus aprendices y a nosotros los cronistas.
¡Que se vayan mucho al diablo!
Es por eso que es
mejor hacer caso de comentarios tan sanos, tan frescos tan serios como los de
Marcelino Menéndez y Pelayo quien dijo:
A GRANDES PELIGROS SE
ARROJA EL QUE ESCRIBE LA HISTORIA PORQUE SE CONCITA LA ENVIDIA Y EL ODIO, NO DE
UN SOLO HOMBRE, SINO DE MUCHAS GENTES, NACIONES Y CIUDADES, QUE SE CREEN
INJURIADAS Y QUE ACUSAN LA HISTORIADOR DE MENTIROSO, QUERIENDO CON ESA
REPRENSIÓN DISIMULAR SUS PROPIOS YERROS. PERO POR DIFÍCIL, POR ARDUO, POR
LABORIOSO Y EXPUESTO A PELIGROS QUE SEA, ¿Qué COSA PUEDE HABER MÁS BELLA Y
ADMIRABLE QUE DEJAR A LOS VENIDEROS TANTOS EJEMPLOS DE VIDA, TANTOS MONUMENTOS DE
ACCIONES GLORIOSAS, DE INSTITUCIONES, LEYES Y COSTUMBRES?”
Marcelino Menéndez y Pelayo
Bernardo
Carlos Casas ya no es cronista municipal
(Continuación)
Por Nodehar
D´Sckrevir
—Cuéntanos pues, de
otras restricciones para tus trabajos como cronista municipal.
—Bueno, quiero
decirte que no soy inclinado a contar mis penas, porque acuérdate, el dicho dice:
SI QUIERES QUE ALGUIEN SE Ría, CUENTA TUS PENAS MARÍA.
—No te dé pena,
hombre, estamos entre amigos, además no son penas, son experiencias.
—Sí, tienes razón,
son experiencias que no quiero que pase el nuevo cronista. Bien, pues dime ¿qué
quieres que te platique?
—Una vez, lo
recuerdo, estábamos en Huejuquilla el Alto y me dijiste que Estampas de Tlaquepaque fue un libro que
no quería Riverón.
Se
presentó el libro y Riverón lloró
—No lo quería, y bien
que lo quiso. El día de la presentación en El Refugio Riverón lloró de pena
luego que vio la buena acogida que tuvo el libro y los comentarios a favor del
gobierno, que hacían que el presidente Riverón estuviera orondo. No era él
quien se oponía, sino su incondicional Benita Camacho.
—Aun así ¿No te
nombró cronista?
—No, su terna que le
preparó Camacho favorecía a Enrique Silva, en segundo lugar José María Moreno y
luego a mí.
—Bernardo, en un
cuestionamiento como éste se va al grano. ¿Andabas de rogón que te dieran el
puesto? Eso piensa mucha gente.
—La gente aplica la
Ley de la Tortilla a su real y soberano juicio: a la cara más quemada,
tatemarla más, aunque la otra quede cruda. Al caído darle palos, al fregado, fregarlo
más. Considero que a mí no me veían tan fregado, pero ser de Zacatecas es un
delito. Yo no pedía puesto ninguno, pedía que hubiera cronista porque ya todos
los pueblos conurbados tenían y Tlaquepaque siendo tan importante, no. En un
cuestionario como éste, se va a la verdad ¿de acuerdo Nodehar? Pues esa es la
verdad.
—Pero entonces,
Bernardo ¿Qué te traía por acá para andar entre barros, ollas y tepalcates? ¿Un
amor? ¿Una pasión? ¿Un idilio?
—Ya quisieras, nada
de eso. Hubiera sido bueno. Mira, esta puede ser la razón: había publicado
libros sobre las historias de pueblos como San Martín Hidalgo, Tamazula,
Colotlán, Ahualulco, Teuchitlán, Atolinga, Tlaltenango y en las etapas de
investigación en archivos, hemerotecas y bibliotecas encontraba datos
importantes sobre esa Villa Alfarera, pero no un libro sobre su historia, de
eso, nada. Conocía a Tlaquepaque desde mis tiempos de estudiante de Ingeniería,
pues desde la escuela, nos quedaba cerca ese bello Parián para pasar un rato
alegres. De modo que veinticinco años después me llamaba la atención que todos
los lugares arriba dichos, tuvieran al menos un libro, pero Tlaquepaque no.
— ¿Y qué hiciste?
—Nada, qué podía
hacer. Pero un día, Pedro Vargas Ávalos me invitó a la presentación de un libro
en Tlaquepaque. Lo había mandado hacer Alfredo Barba. Emocionado este hombre
con los elogios de Vargas, viéndose dueño de micrófono invitó a la concurrencia
a escribir sobre Tlaquepaque, pues dijo, “no hay ningún libro, Tlaquepaque no
tiene ningún libro, invito al público a escribir sobre Tlaquepaque”. El libro
que ese día presentaron era sobre los gobernantes de Jalisco, nada sobre Tlaquepaque.
Oye Nodehar, ¿Qué pretendes? Las cosas se hacen con un objetivo; tú eres
periodista, no biógrafo y de un oficio al otro, hay mucho trecho.
— ¿Sabes que
pretendo? Ni te extrañe: que te conozcan. Pocos te conocemos. Yo quiero que
Tlaquepaque sepa que tú has desentrañado su historia y lo has dicho en varios
libros, no en uno. Nadie o muy pocos sabían sobre tecuejes y cocas, sobre el
San Pedro Colonial; creían que el Parián era mesón, o hacienda, o lugar de
parias (por eso se llamaba parián) cuantas mentiras les contaban a los turistas
los meseros atolondrados. Del mercado Juárez sacaste la botella lacrada que
contenía el decreto de donación del predio, por Benito Juárez al gobierno
municipal. En base a relatos, sacaste leyendas y por todo eso, y por muchas
cosas más fuiste duramente atacado. Por tu idea existe el museo del Premio
Nacional de la Cerámica y el archivo Histórico Municipal. ¿No es cierto?
—Mira, Nodehar, no te
aceleres, porque… tú ¿cómo sabes eso? Puedes no estar afinado en alguna nota y
estar dando tecla fuera de tono.
—Tengo toda la
colección de tus trabajos; folletos, libros y recortes del periódico de cuando
eras corresponsal de El Informador por la zona Norte. Por lo mismo sé de ti lo
que otros no saben. Tengo grabaciones de XEW cuando colaborabas con Edgardo
Levy Gallardo; también, uno que otro video de los 156 que grabaste para Canal 7
en el periodo de Hablemos de Tlaquepaque que ocurrió en los tres años de don
Chema. Logré una copia del History Chanel y otra del Discovery cuando te
entrevistaron sobre Tlaquepaque. Y para que te digo más, he seguido tus pasos
“aunque tú no quieras” como dice la canción, y sé que hay más, mucho más.
—Entonces, escribe lo
que se te venga en gana; para que me estás sacrificando con tanta preguntadera,
de todos modos el suelo está igual de parejo, y no por mucho madrugar amanece
más temprano.
—No te enfades,
Bernardo. Si quieres aquí le paramos, pero después le seguimos. Yo veo que
apenas estamos empezando y ya te me andas rajando.
— ¿Rajando? Ni qué
fuera vieja.
— ¡Eso me faltaba
oír! Confirma lo que siempre he dicho: que eres más machista
que cronista. De manera que continuaremos. No te me alebrestes.
—Pos quién sabe si
continuaremos. Tus preguntitas me botan del marco, por no decir me sacan de
quicio.
(Continuará)
VAMOS
BIEN ECONOMÍA PERO MAL EN SEGURIDAD
En 2022, en cuestión
de seguridad nacional terminamos con estos datos, según nota del periódico
Excélsior del día 23 de diciembre pasado: Éstos son los resultados:
tortura, 1512 casos; mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres,
710; asesinatos de mujeres con crueldad extrema, 662; masacres, 433; actos
violentos contra la autoridad, 318; asesinato de niños y adolescentes, 308.
Fosas clandestinas, 241; asesinatos de funcionarios y actores de relevancia en
materia de seguridad, 221; calcinamiento, 212; violación agravada, 199; intento
de linchamiento, 179; asesinato de actores políticos 56; esclavitud y trata,
47. Violencia contra migrantes, 45; asesinatos de personas vulnerables, 25;
jornadas de violencia en entidades, 22; terrorismo, 22; asesinato de
periodistas, 16; asesinato de defensores de los derechos humanos, 15.
Sin embargo en economía los expertos nos dan el quinto lugar entre 190 naciones: México desbancó en 2022 a España como la principal economía de habla hispana, de acuerdo con la clasificación del Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales (Cebr), ubicando a la economía mexicana en la posición 15 entre 190 país. Lo dice Fadlala Akabani, columnista del mismo medio, el 28 de diciembre.
C O L O T L Á N
No obstante ser
cabecera de región y tener una excelente extensión de la Universidad de
Guadalajara, Colotlán en Jalisco, sigue siendo un poco desconocido.
Recuerdo en aquel
tiempo cuando las autoridades federales accedieron a la petición colotlense de
tener una gran dotación de libros para formar una biblioteca, los encargados de
enviar los libros no encontraron a ningún pueblo con ese nombre en Jalisco y decidieron
mandar los libros a TECOLOTLÁN. Entonces, Tecolotlán Jalisco, tuvo biblioteca
sin haberla gestionado y COLOTLÁN se quedó chiflando en la loma.
Desde tiempos pasados
en Colotlán han sucedido hechos poco conocidos como los que relata el periódico
La Voz de México. Como por ejemplo el día que los habitantes de Tlalcosahua
dieron muerte al recaudador de rentas:
Colotlán,
Jal. (foto: BCC)
(Se lo contaré en el próximo número)
TLALTENANGO
Hay
muchos Tlaltenangos pero este es el de Zacatecas, lugar de donde en el número
uno de Apuntes para la historia. . . le contamos acerca del cristo milagroso
que en 1921 temblaba de coraje por los pecados de los fieles.
En
nuestras indagaciones encontramos una carta publicada en el periódico El
Tucsonense de Arizona, EUA, el 11 de junio de 1921, dice:
“¿Te
acuerdas del santo Cristo que estaba en la sacristía tan si veneración? Pues
ahora es el santo de los milagros. Ya sabrás que se mueve. Estamos maravillados
de ese prodigio. El día 18 de abril se empezó a ver que se movía. . . el cinco
de mayo vi que poco a poco se separó de la cruz. . . note imaginas lo que se
siente. . . se experimenta una mezcla de temor y gusto. . . “
En
estos mismos términos la carta sigue, pero el periódico de Arizona no dice el
nombre de la señora. Esta versión difiere
un poco de la platicada en el número uno de esos Apunes para la historia
de Jalisco y Zacatecas. (Fuente: El Tucsonense, Arizona, 11 de
junio de 1921)
Tlaltenango,
Zac. , vista noreste (foto BCC, 1970)
Vendo 40 monedas de 10 centavos
de la mazorca 1978. Se cotizan en el mercado libre a 200 pesos cada una, porque
son de seis hileras de granos y no de cinco. Perfecto estado, sin circular, las
tenía guardadas.
Yo se las pongo a 100 pesos cada
una si me las compra todas.
El
tamaño real es de 1.6 centímetros
Fin