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hojita de la
Crónica
Fundador:
Bernardo Carlos Casas Tlaquepaque,
Jal., 23 de marzo de 2022
No.
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Un
libro que encanta al lector y ennoblece al autor:
LA
VIDA ESCABROSA DE JUAN RANCHERO
¡Caray!
Quien habría de pensar que en verdad fue escabrosa en sus inicios las vida de
Juan Ranchero, Luis Ríos, o Camacho, como usted lo conozca. Una trinidad y un
solo personaje verdadero. Compre el libro, lo vende Vicente.
Escribir con
tanta libertad es símbolo de valentía, es coraje que nace del corazón cuando se
escribe con el espíritu; digo yo eso porque las biografías de personajes
insignes siempre han servido de ejemplo a las nuevas generaciones, pero lo que
es ésta supera la imaginación. Los viejos debemos de leer este libro para tener
un consuelo, y los jóvenes deben leerlo para que quieran la vida y no piensen
en decir “adiós” a este mundo cruel. Bernardo Carlos Casas
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Al Mariachi de mi tierra
Bernardo Carlos Casas
Cuarta
entrega
CAPÍTULO
IV
DE BOTÓN A FLOR MARCHITA
E |
l mariachi se abre paso a velocidad de tortuga. Es un botón triste que augura penurias cuando llegue a
flor. Ni la música en sí, ni las personas que la representan (los mariachis)
tienen aceptación social. Abrirse paso entre bandas, orquestas y jazz, es un
reto que no pocas veces raya en lo imposible. No tiene apoyos oficiales, ni
privados, ni eclesiales. De manera que de ser un botón vilipendiado en el siglo
diez y nueve, cuando le brotan los primeros pétalos, aquel que no los pellizca, los arranca. Pasan casi cuatro décadas del
siglo veinte, para que medio se componga su situación.
La vida de las personas que se dedican a la música no está libre de problemas, desde luego qué no. ¿Acaso habrá oficio o profesión alguna que lo esté? Que no le cuenten, que no le digan. Todos tenemos trabas, unas más grandes que otras, pero, si aquí estamos; quiere decir que hemos salido adelante.
Un mariachi para leerse
Un mariachero que puso el ejemplo de cómo salir adelante, en medio de la
vorágine es el trompetista del mariachi Vargas, Miguel Martínez. Oiga; eso de
haber tenido que pedir dinero prestado a su tío, para comprar su primera
trompeta, y el viejo teniendo dinero hacerse el remolón y recomendarle que
fuera a La Lagunilla y consiguiera una de segunda, es casi mandar al chiquillo
al limbo de los decepcionados. Pero, no siempre el bat de la decepción manda la
pelota a hit; a veces, pega mejor el
verde palo de la esperanza.
Yo quisiera antes de comenzar con la materia de este capítulo, hacer
este breve paréntesis y recomendar a mis amigos los mariachis que lean este
libro, el libro de Miguel Martínez: Mi vida, mis viajes, mis vivencias, es
una autobiografía que escribió este gran
músico, que creo, en mucho les ayudará.
A
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mis manos llegó gracias a don Manuel Morales,[1]
quien de buena manera me lo prestó y yo de mala gana se lo devolví; pero cosa
rara: mi amigo Manuel, al devolvérselo no lo quiso, me dijo que me lo regalaba
y ahí lo tengo. Un libro es el mejor amigo, en verdad se lo digo. Si don Manuel
es buen amigo, su libro es mejor aún. Si leen a Miguel Martínez, verán que las
quejas de ustedes, comparadas con las de otros, son nada. Así como en
determinado momento el mariachi suena con alegre son, también tiene sus amargos
ratos, y suena como un triste vals, sobre todo cuando lleva grandes penas en el
corazón. Martínez pasó las de Caín, pero, llegó el día en que su señal de humo
se fue derecha, como la de Abel.
Un buen amigo mío, y muy conocido de ustedes los mariachis, ya lo leyó;
él es Luis Alonso Medina. Se los recomendamos Luis Alonso y yo. ¿Verdad, Luis
Alonso?
Comenzando el siglo XX
En esta parte de “Al mariachi de
mi tierra”, corresponde ver el movimiento mariachístico de las primeras décadas del siglo XX, en las
cuales, Tlaquepaque no juega un papel de primera línea, ni Guadalajara tampoco.
Las ondas del mariachi se escuchan más que en ningún lado, en la ciudad de
México, sin embargo, de ningún paraje perteneciente a la república, van grupos
de mariachi, en este tiempo, a Estados Unidos, ni a ningún otro país. Después,
sí.
Fue en 1905, como dicho quedó, que don Porfirio conoció la música de
mariachi, la
formación habitual de un Mariachi estaba integrada por violines, guitarra,
guitarrón y vihuela. Y así, varios grupos comenzaron a tocar en distintas
partes de la república, inclusive en la misma Ciudad de México, donde el general Díaz, en
1905, escuchó a una nerviosa pero entonada agrupación que se presentó en
aquella ocasión con el nombre
__________________
[1] Manuel Morales es
cronista honorario por Rancho Blanco en Tlaquepaque.
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de Justo Villa y los
mariachis de Coculán. Iniciando con ello, una tradición que desde este
orgulloso poblado jalisciense se lanzó a la conquista de los oídos de todo el
mundo, el cual para el año siguiente estaba grabando los primeros discos de
música de mariachi, con el sistema tradicional del momento.
Otra era la música que el mundo
prefería, había marcada inclinación por las grandes bandas. Por cierto la Banda
Nacional de México, estaba presente en el gusto norteamericano y tocaba en
varios eventos de aquel país. Su nivel académico se comparaba con La Garde Republicaine
band of France, The Royal Grenadier Band of England, Sousa’s Band y otras…[2]
En la Unión Americana era muy apreciada la música mexicana, de hecho,
vendían partituras a 25 centavos de varias canciones mexicanas, porque la
música de bandas mexicanas era de la calidad tonal del perfil auditivo de los
norteamericanos. Hay, en ese tiempo, una banda en Guadalajara, compuesta por 65
elementos, que viaja por estados Unidos dando buenas audiciones. Las notas de
periódicos de Estados Unidos la califican como de las mejores. Los ciudadanos
norteamericanos la llaman en repetidas ocasiones para que les toque en
determinados eventos.
En 1907, ser borracho y filarmónico era peligroso. El caso es que un
músico en Tlaquepaque ebrio mató a otro ese año:
Julio 05, 1907.- Un artero asesinato se comete en SPT entre celosos filarmónicos. Pedro Estrada
y Timoteo Gallardo traían pleito
casado por el oficio; Gallardo, a punto
ebrio, cuando Estrada, organillo en boca, evocaba a Juventino Rosas, llegó y encajó en el pecho del indefenso Estrada su bien afilada hoja de Sayula.
Timoteo quedó tras las rejas y Pedro
Estrada se fue al panteón. En el aire las notas
del vals “Sobre las Olas”. [3]
Los dichos mexicanos, por algo son dichos. En referencia al párrafo anterior:
“si es borracho y matancero, saca cuchillo; si es borracho y carpintero, saca
martillo” (dicho del autor)
___________________
[2] Palestine Herald, Tex., 30 de julio de 1904, (Chronlicling America, Library of Congress)
[3] El Informador, 5 de julio de 1907.
La Revolución empieza, el mariachi sigue
Vamos viendo cómo pasa el tiempo y en un dos por tres estamos en 1910,
un año muy significativo para la nación y para Chapala, que ese año vio llegar
su trenecito, que partiendo de Tlaquepaque, iba rumbo a Atequiza y de ahí a la
Villa del
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Charal. Iberia, Diario de la Mañana, periódico español, dice: El tren a Chapala partirá de Tlaquepaque,
llegará a Puente Grande, de ahí al Salto, luego Atequiza y finalmente Chapala.
Casi es un hecho, los trabajos empiezan la semana entrante.[4]
En Chapala surgieron buenos grupos de mariachi que hicieron sentir su
presencia en la capital tapatía, pero para llegar aquí, en el siglo XIX tenían primero
que tomar un barco a Ocotlán. Ahí esperar el tren que los trajera a
Guadalajara.
Conviene sabaer que por los días de la Revolución, nació en Jocotepec un
niño, que ya crecido, tuvo en la ciudad de México un mariachi al que bautizó
con el nombre de “El mariachi Tlaquepaque de Gilberto Parra”.
El mariachi Tlaquepaque
Gilberto Parra
Paz, nació en San Pedro
Tesistán, Jocotepec, Jalisco, el 30 de julio de 1913 –murió en Cahuacán, Estado de México, en 2000 fue uno de los compositores mexicanos más importantes de la
música ranchera, creador de íconos de la música mexicana, y de temas para
películas, además de musicalizar muchas de ellas. Nacido en Jalisco fue también
junto con el maestro Manuel Esperón, uno de los principales compositores para
artistas como Jorge Negrete, Pedro Infante y las grandes figuras de la época de
oro del cine mexicano. Merecedor del Disco de Oro por más de un millón de
discos del tema «Por un amor», Diosa de Plata por el tema «Que te ha dado esa
mujer», medalla «Agustín Lara» y otros.
Hijo de Federico
Parra y Francisca Paz. De joven ingresó a la Escuela Libre de Música en Guadalajara, donde cursó los primeros estudios de música, a la edad de 22 años se
traslada a la Ciudad de México donde realiza trabajos de diversos tipos, hasta que en 1940 es
grabado su tema «Por un amor» en la voz de Lucha Reyes y comienza así su
trayectoria dentro de la industria de la música.
A pesar de que
su obra no fue tan extensa como la de otros compositores, ya que sólo escribió
cerca de 150 canciones, la calidad de sus obras ha hecho que sean trasladadas a
idiomas como el inglés o portugués y grabadas por múltiples artistas
internacionales.
_________________
[4] Iberia, Diario de la Mañana, 8
de enero de 1910.
Trabajó al lado
de grandes compositores como el maestro Manuel Esperón, y el maestro
Pedro de Urdimalas y participó en la musicalización de muchas películas, además
de
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que fue director
artístico de discos CBS y promotor de nuevos artistas como Chayito Valdez,
Gerardo Reyes, etc.
Fue fundador y
director del mariachi San Pedro Tlaquepaque, además de trabajar en la XEQ por más de 20 años en las producciones de aquel entonces. Es sin
duda uno de los más importantes compositores de la música ranchera, incluso el
gran José Alfredo Jiménez grabó dos temas de su autoría. (Penas Arraigadas y Por un amor)
Falleció a la
edad de 87 años en su rancho «Los Laureles» en Cahuacán, Estado de México y es recordado por muchos mexicanos como uno de los grandes
compositores de la música ranchera. (Wikipedia)
Se hace esta
mención porque su mariachi San Pedro Tlaquepaque, engalana a este pueblo mágico
y alfarero aunque el mariachi no era de aquí, pero llevaba el nombre.
Canciones mexicanas
de antaño
En 1915, el
jarabe tapatío es una novedad en Estados Unidos, no tanto la jota aragonesa que
ya era conocida por los aficionados a la música de corte internacional. Al
respecto hay una nota en el Arizona Republican del 31 de julio de 1915, en la
cual una parroquia católica invita a una kermes donde la novedad es la
presentación del jarabe tapatío y también de la jota aragonesa. Dice el reporte
que el primero es un baile folclórico de Jalisco y que tanto el nombre como los
pasos, son de indios. [5]
El siguiente es
un fragmento de la revista Universidad de México, que comenta sobre el Jarabe
Tapatío.
____________________
[5] Periódico Arizona
Republican, 31 de julio de 1915.
_________________________
[7] Revista
Universidad de México, 1 de diciembre de 1936, p. 68, hndm, consult. 040616
La Voz del pueblo, periódico de
Santa Fe, Nuevo Mex, del 17 de enero de 1917, anuncia música mexicana para
piano, a 25 centavos cada partitura: Adelita, de I. Martínez; Adios a
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Guaymas, de E. Mora; Alejandra;
Alma Andaluza; Amor de Torero, de A. M. Garza; Así te quiero, de R. Núñez; la
polka, Camino al baño; Dias felices; de E. Alvarado; El Brigadier, de V.
Torres; El Guango; El Más Bonito Pie, de A.M. Alvarado; El Pagaré, de M. Mauri;
Flirteando, de A. M. Alvarado; El Jarabe Tapatío; La Casta Susana, de Eyslar;
La Cucaracha; La Golondrina, de N. Serradel; Lágarimas de Vino, de J. C. Cantú;
La Paloma, de M. Yradier; La Pecadora, de M. Costa; Las Revolcada; Las
Refugiadas, de F. H. Calero; Los Bilimbiques, de J. H. Cuevas; Luz, de R. H.
Larrañaga; y otras.[8]
De nuevo aparece
el jarabe tapatío, como pieza mexicana de novedad en el ámbito musical de
Estados Unidos.
El mariachi
presente en festejos y reuniones
Entre
tanto en el ambiente local, ya en 1917 el
mariachi está presente en festejos particulares, como el que ofreció J. Jesús
Aceves en octubre de tal año para anunciar su matrimonio con la señorita Toña
Pérez Arce. Todo el tiempo estuvo “un buen mariachi” desde las 9 horas hasta
las seis de la tarde.
El mariachi empieza a meterse en el gusto de la gente de categoría
social mediana y alta, y también es música preferida para festejos públicos, de
manera que en 1920, en el carnaval de Autlán, de 1920, una orquesta y un mariachi son los encargados
de mantener vivo el ambiente festivo del pueblo en esos días.
En Tenamaxtlán, Jal., los mariachis están presentes ya desde aquellos
años, basta y sobra que tienen aceptación entre la feligresía para sus fiestas.
Al menos así sucede el día de la Candelaria en San Clemente, hacienda de la
región. Esa fecha los asistentes a la fiesta, alegres bailan con un mariachi.[9]
___________________
[8] La Voz del Pueblo, Santa Fe, Nuevo México, 27 de enero de 1917
[9] El Informador, 16 de febrero
de 1920.
En tanto en Sayula en 1921, por la calle de Las Parejas, hubo carreras
de caballos y la nota remitida por el corresponsal, a El Informador habla de
“un buen mariachi” amenizando la tarde.
Mientras en Tlaquepaque, no se hacen el ánimo de aceptar en forma
regular al mariachi, lo tratan de murga o charanga, a su vez las orquestas en
las cantinas no se dan abasto tocando el día 29 de junio, día del santo patrón.
El no preferir mariachis,
no era novedad: Tlaquepaque seguía patrones tapatíos. Mire la nota:
Día 30 de Junio de 1920.- “Muy lucida
resultó la romería a San Pedro. Los paseantes fueron testigos, como de cinco
años para acá no se había visto tan concurrida. Desde temprana hora, jovencitas
de GDL, ataviadas con chillantes rebozos, se aprestaban para abordar un
carretón o para dirigirse a los tranvías. El documento entre líneas dice: “En esta (villa) desde hace cuatro o cinco
días se encuentran instalados… fritangas, carcamanes, loterías, cantinas…
alegres muchachas caminando sobre lomos de burros… entonaban alegres canciones populares…
se podía contemplar aquel cuadro abigarrado de las multitudes… que se dirigían
a disfrutar de las delicias de la feria de Tlaquepaque… En el interior de los
carros (de los tranvías) flotaba un ambiente de inmensa alegría… En esta feria
son indispensables las fiestas bravas… a las que concurre la afición tapatía…
En el interior del Parián se encuentra la nota típica de la feria. Mujeres de
tipo indiano luciendo trajes de colores chillantes… acompañadas de labriegos…
se agolpan en los mostradores de las cantinas… para sorber sendos vasos de
rubia cerveza, en tanto que cantadores ambulantes, con ropas raídas y mugrosas, tañendo sus arpas y guitarras… Todas las
orquestas de las cantinas tocan a la vez y solamente puede escucharse un rumor
sordo y confuso de las charangas que con sus acordes estimulan a los bebedores…la
corrida no lució por la tormenta y los toros resultaron mansos…” (El
reporte es muy amplio BCC lo tiene completo).[10]
Pasamos a otro asunto para conocer cómo eran las famosas matinés que para el gusto popular los presidentes municipales de entonces mandaban tocar en la plaza del Parián:
Agosto 17,
1920.- “Salvador Farías, residente municipal de San Pedro
Tlaquepaque, organiza matinés en el
Parián de 11 a 13 horas todos los días para atracción
de las familias en general, pero en especial para los visitantes de la
temporada. Hoy fue la primera amenizada
por la Banda de la Jefatura de Operaciones”. [11]
__________________________
[10] El Informador, 30 de
junio de 1920.
[11] El Informador, 17 de
agosto de 1920.
Que mejor oportunidad, que en vez de la banda, acariciara los aires
sanpetrinos, un mariachi. Sonaba mejor el mariachi en otros lados que aquí.
Inclusive, en San Gabriel, no había uno, había dos. Dice la nota: En San
Gabriel, no uno, sino dos mariachis, llevó el señor Cura a los voluntarios del
pueblo que participaron con sus faenas a la causa de una carretera. Y los
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voluntarios metieron el buen día
en casa y al son que les tocaron, trabajaron. [12]
Mireya Ramos, cronista honoraria de San Martín de las Flores, comenta
que por este tiempo se formó un mariachi en San Martín. El impulsor era un
señor de ese lugar, miembro a su vez de un mariachi de Tlaquepaque, quien
llevaba sus enseñanzas a San Martín, lo que dio ocasión a que en este pueblo se
iniciara el primer mariachi. Después, el señor, fue miembro del famoso mariachi
de Cirilo Marmolejo. En la parte II de este estudio, ella nos hablará en forma
más amplia de este asunto y revelará nombre de mariachero tan distinguido.
La nota anterior tiene
significación para Tlaquepaque ya que nos da seguridad al afirmar que el
mariachi sonaba en verdad, aunque no se viera su nombre en papeles.
Muchos amores, pocos mariachis
Eso sí, a
falta de mariachis, había en Tlaquepaque buenas cantinas y mejores muchachas:
14, octubre 1921.- “En la parte norte del Parián existían dos cantinas, famosas por la atención de una
joven y hermosa morena de ojos grandes,
negros y cabello largo. Los clientes
iban con entusiasmo a “El Infierno” y “La Ciudadela”
ambas propiedad de Francisco Vélez, por recibir
las sonrisas de la bella dama. Uno de los asiduos parroquianos —Juan Lepe—, logró su cariño, pero también entregó su amor la veleidosa mujer a otro, quizá de nombre
Jesús González, quien hirió en “El Infierno” a Lepe,
por la culpa de la joven mancornadora. [13]
Mariachis de aquí y allá
En enero de 1922 se habla de que en Tomatlán después de la serenata se
organizó un gallo con mariachi el cual terminó en tremenda balacera. Mientras
aquí preparábamos el terreno para el mariachi:
_______________________
[12] El Informador, 6 de septiembre
de 1921.
[13] El Informador, 14 de
octubre de 1921.
Se da la noticia acerca de que será remodelada la
Plaza Pública conocida como Parián; el
presidente Antonio Sánchez, personalmente dirige los trabajos. Timoteo Panduro
hará las sugerencias de acomodo de jardines y bancas. El mismo día Manuel
Álvarez del Castillo, dijo que se dedicarán 40,000.00 para la
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introducción
del agua potable al pueblo. También se dijo que la banda de hombres y cuatro
mujeres, salteadores de caminos. Tenían en su poder 27 burros. [14]
Se daban los primeros pasos para que un día se
tocaran muchas horas de mariachi en este lugar, pero por ahora y por década y
media más, sólo pudieron tocar los mariachis fuera del Parián, como se aprecia
en la foto.
El desarrollo del mariachi en Chapala fue primero que en Tlaquepaque.
Cuando aquí no había grupos de mariachi, allá había varios. De hecho para
ciertas fiestas taurinas en Guadalajara, trajeron mariachis de Chapala, donde
que ir a esa población significaba ir primero a Ocotlán y de ahí, en un vapor
embarcarse a Chapala. Cualquier cosa hubiera sido mejor como ir a Cocula, Ameca
o Tlaquepaque a contratar algunos grupos, pero no había grupos ningunos en esos
lugares.[15]
En marzo, del año que nos ocupa, hubo una gran manifestación de apoyo al
gobernador Basilio Vadillo por parte del sector obrero… “acto seguido los
manifestantes formaron la columna quedando al frente un “mariachi” que aquellos
denominaron, por vía de broma, “la música del pueblo”.
[1] El
Informador, 28 de enero de 1922.
[1] El Informador, 28 de febrero
de 1922.
Tateposco y otros lugares
Aquí en Tlaquepaque los muertitos por los mariachis y fandangos eran
materia del acontecer nacional, si no en cabecera, sí en las delegaciones. Por
ejemplo en Tateposco
Día
15 de Marzo de 1922.- “Mariana Ramos,
dueña de una cantina en Tateposco al ver
entrar a Felipe Ramos “de viejo sinvergüenza” no lo bajó.
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Este, se retiró pues pensó que
Mariana estaba fuera de sí, puesto que él no debía
nada a nadie. Ordenó Mariana a Vidal Ramos y a Anselmo Antón que corrieran y lo mataran. Éstos, borrachos, atentos y obedientes al mandato, lo alcanzaron por la calle y lo cocieron a
puñaladas. Eran las 14:00 horas y así
herido, fue enviado a Tlaquepaque pero en el camino murió.[16]
En abril del mismo año, el mariachi se va abriendo paso en forma lenta
pero segura. Por ejemplo en Chapala, ya existe algo de respeto para estos
grupos. La nota dice: “Los mariachis
proporcionan, como en ocasiones anteriores, la nota típica del verano en Chapala.
Las familias de la capital de la República y de Guadalajara que hacen temporada
en el balneario, se divierten oyendo las piezas que tocan esos grupos de artistas humildes, piezas llenas de sentimiento y
que son la expresión del alma popular jalisciense. Frecuente es que los mariachis recorran las calles de la
población cuando ésta se encuentra ya dormida. Frente a las casas de las
familias que han venido a veranear, los filarmónicos del pueblo ejecutan sus
sentidas sonatas”.
[16] El Informador, 15 de
marzo de 1922.
En junio, en el rancho de Los Pastores, del municipio de Álvarez, Colima, hubo con motivo de un matrimonio, el correspondiente mariachi y el indispensable licor. Borrachos y alegres, los compadres se agarraron a machetazos y Trinidad Ponce resultó con herida en el cuello que mereció traslado a Guadalajara.
Es decir, muchas veces la combinación mariachi-licor fue y es, motivo de
exagerado entusiasmo que orilla a discusiones, riñas, botellazos, balazos… y muerte.
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Se baila en Tlaquepaque el Cotillón
Es ese año estábamos sumamente pasados de moda. En tanto que en agosto se bailó El
cotillón en Tlaquepaque, en Estados Unidos desde 1856 empezó de decaer su fama
para empezar la del “mexican Fandango” como lo vimos en capítulos anteriores.
En San Pedro eso de fandango sonaba a mariachi y no era éste del gusto refinado
de los cultos visitantes veraniegos de GDL que venían a Tlaquepaque cada año.
Vea esto:
Agosto 08,
1922.- “En la casa del
señor Enrique Álvarez del Castillo se dio la primera fiesta de la temporada en
San Pedro Tlaquepaque organizada por los jóvenes Enrique Martínez Negrete y
Manuel G. Camarena. Llamó la atención que
además de los bailes modernos “foxtrop y onestep” se bailara para gusto de los
abuelos el “Cotilón” y las “Cuadrillas”. [17]
Unas lomitas más allá, en Atemajac del Valle, las cosas eran diferentes.
Fiestas de Atemajac
Las fiestas de Atemajac de agosto de 1922 estuvieron muy alegres con la ayuda del mariachi“ a pocos pasos de distancia un mariachi dejaba oír sus músicas
primitivas de un intenso sabor regional. El verdadero jarabe tapatío bailado
por un charro de ocasión arrebatado por los entusiasmos del clásico son de la
tierra dejaba oír sus notas dislocadas y alegres. Esa música es pródiga en
motivos que no por su rusticidad y monotonía dejan de ser hermosísimos. Con
sones del folklor hizo Lizt sus inmortales rapsodias húngaras, y con temas de
danzas populares escandinavas, legó Grieg al arte musical, las más bellas y
delicadas obras del pentagrama”
_____________________
[17] El Informador, 8 de
agosto de 1922.
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Esta nota exalta la música tocada por mariachis en un momento en que
faltan algunos años para que consolide su fuerza este género musical.
En estos festejos el mariachi consistía de tres elementos, lo dice un
reportaje que se escribió una semana después de las fiestas de Atemajac: “Tranquilamente me situé en un rústico
“Aguaje” donde a la sazón empinaban el codo, con verdadero éxito, un novillero
fracasado, los tres músicos del mariachi
“amenizador o amenazador” del establecimiento, dos obreros de la fábrica y
una mesera que parecía un espárrago”.
Tarsicio Martínez es el nombre del que dirige a este mariachi de
Atemajac que ya en plática dice que ejerce su oficio en Ixtlahuacán del Río,
donde es único para eso de las polcas y organizar gallos con su violín. Toca
“el Venadito” y una polca que al menos a él, le gusta mucho que se llama “El
estandarte de línea”. Fueron fiestas tan alegres, aquellas de Atemajac, que
hubo seis muertos y tres heridos.
Al fin del año sólo se habla de “alegres mariachis” en la Plaza de Toros
El Progreso con motivo de la candidatura de José Guadalupe Zuno a la
gubernatura. También de dos bandas militares.[18]
Musical y mariachero, año de 1923
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En 1923, la afición por la música interpretada por un grupo de mariachis
va en crecimiento. En ninguno de los años anteriores se nota un despegue en
general, como en 1923. El mariachi está presente en todo momento, y como el
mexicano riese de la muerte, el difunto por un lado, y los danzarines en el
tablado.
Pero antes de seguir adelante, me permito insertar aquí un maravilloso
concepto del maestro Manuel M. Ponce, sobre la música de mariachi, según una
entrevista que le hiciera en enero de 1923, Pierre Noziere[19].
Los conceptos vertidos por Manuel M. Ponce acerca de la música de
mariachi que le sirvió de inspiración para sus obras, deja clara la postura de
los espíritus nobles. Es necesario revivir algunas de sus palabras para
entender, que mientras algunos necios resaltaban su odio contra los mariachis,
él exaltaba su admiración, su propia admiración, por esa clase de música.
“El ideal que persigo con entusiasmo —me dijo— es
recorrer la república entera y saturarme de la impresiones musicales nuestras.
En las sierras, en las rancherías, oyendo
tocar los mariachis se adquiere una magnífica educación musical y luego que
haya hecho ese provechoso viaje, regresaré con un numeroso bagaje de leyendas
sonoras y dedicaré todos mis esfuerzos a construir nuestra música”. Pierre Noziere.
El reportaje es muy extenso, y todo en él es precisión. Lo publicó el
periódico El Informador del 6 de enero de 1923, en ocasión de la presentación
en el Teatro Degollado del poema sinfónico de Ponce “Tríptico Chapultepec”. La
entrevista al maestro la hizo Pierre Noziere.
Para las fiestas de Ramos en Sayula en 1923, bailaron en la Plaza del
Comercio “con alegre son” la mayoría de las personas sobre un tablado al ritmo
de un mariachi y como siempre, varios heridos y un hombre muerto.
El abril, cuando se inició el camino para automóviles de Tequila a
Guadalajara, el diputado Enrique Cuervo organizó una cuadrilla de cien
trabajadores. El entusiasmo lo enmarcó el mariachi que iba deleitando y
animando a los obreros a emprender con ganas el trabajo, ese día seis de abril,
a las seis de la mañana.
En agosto, en ocasión del
onomástico del presidente municipal de San Martín Hidalgo, don Alfonso Zepeda,
el marco musical estuvo a cargo de un mariachi y de la orquesta local. En la
fiesta de Alfonso Zepeda hablaron Teófilo Gil, Ignacio C. Vaca y el joven
estudiante Roberto Cedano. Todos ellos de gran recuerdo para la población.
Sabemos que San Martín está.
[18] El Informador, 12 de
diciembre de 1922.
[19] Escritor francés,
(1844-1924) premio nobel de literatura 1921.
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localizado en el corredor del mariachi. Está entre Ameca y Cocula.
En la década siguiente famoso fue el mariachi Nacional de Jalisco, de
Rafael Virgen, originario de este lugar, como en su momento se verá.
De hecho, muchas décadas después de ésta, surgió el mariachi “Flecheros”
de gran prestigio y arraigo en ese medio. En el pueblo hay quien afirme, sin
base alguna, que no es Cocula sino San Martín, donde surgió el mariachi. [20]
En Nayarit, en esa época, la ley de ingresos se modificó para mejorar la captación de
dinero, o un mayor daño al bolsillo del contribuyente que se quisiese divertir: “por mariache por el día o la noche 10
pesos. Por cada organillo ambulante en el día, 25 centavos. Por serenata
particular o gallo, 25 centavos por cada
músico”.[21]
En noviembre, cuando los escandinavos hicieron un viaje por las
principales ciudades de la república en un afán de conocer para invertir,
estuvieron en Chapala, donde en el vapor Viking, escucharon música mexicana por
un “numeroso mariachi”. Quedaron impresionados de la belleza de Chapala y al
siguiente día estuvieron en Tlaquepaque, donde comieron, mas no se habla que el
momento gastronómico en la villa alfarera, estuviera amenizado por alguna clase
de música. Es probable que con orquesta, pues la presencia del mariachi aquí,
fue tardía.
_______________________
[20] Bernardo Carlos Casas, San Martín Hidalgo en el tiempo, Imprejal,
Guadalajara, 1985.
[21] Periódico Oficial
del Estado de Nayarit (POE), 23 de septiembre de 1923.
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En el mismo mes, en ocasión de la fiestas en honor de la patrona de los
músicos, Santa Cecilia, en Ameca, se organizaron los filarmónicos y tanto la
banda municipal, como las orquestas y los típicos mariachis, amenizaron los
eventos del día.
A finales del mes, en la cuna del mariachi, Cocula, un grupo de ebrios
escenificó un escándalo donde hubo muertos y heridos. Los borrachos andaban por
la plaza seguidos de un grupo de mariachi. Los gendarmes trataron de poner
orden y salieron perjudicados, murió el comandante Basilio Hernández y resultó
herido el cabo Pedro Partida, después cayó muerto José María Ibarra, uno de los
ebrios y matador de Basilio. Los filarmónicos del mariachi, aunque sin paga,
salvaron la vida, al correr —patas pa
cuando son—, con sus instrumentos en vilo.
Han sido los mariacheros testigos de varios desaguisados que por motivo
de las ondas mezcalinas, arman los beodos clientes. Un hombre ya a “medios
chiles” y oyendo “la canción que yo pedí” se vuelve valentón, y armados como
andaban en las primeras décadas del siglo XX, ¡Cuidado! El éxito de las fiestas
pueblerinas se medía por el número de muertitos. Si no había muertitos, la
fiesta no servía.
Así, el mariachi al empezar a salir del botón, y nosotros empezamos a
cerrar este capítulo, apara irnos al año 1924.
*
La historia del cuartel
18/20
Nos enseñan la
historia del cuartel para que entendamos que una instrucción verbal no es lo
mismo que una instrucción por escrito. Mire lo que pasó:
El teniente al
sargento: por orden del capitán, la tropa asistirá mañana en traje de campaña,
al campo de ejercicios a fin de
presenciar el eclipse de sol, que según los periódicos, tendrá lugar a las once
en punto. Más tarde, y en el propio campo, un especialista en astronomía
explicará a los soldados la causa del raro fenómeno, pero si llegara a llover
las explicaciones tendrán lugar en el comedor del cuartel.
El sargento a los
cabos: por orden del capitán mañana habrá un eclipse de sol en el campo de
ejercicios. Seguidamente empezará a llover, por lo que las tropas pasarán al comedor
del cuartel, en donde un astrónomo, en uniforme de campaña, les dirá a los
soldados lo que los periódicos dicen acerca del raro fenómeno.
El cabo a los
soldados: mañana a las once el capitán eclipsará el sol con unos periódicos en
el campo de ejercicios. Más tarde un especialista hará llover en el comedor,
pero para que el raro fenómeno se produzca, la tropa deberá vestirse con
uniforme de campaña.
Los soldados entre
filas: mañana a las once, el sol eclipsará al capitán, quien, por la tarde
volverá a aparecer en el comedor del cuartel en uniforme de campaña. Los astrónomos
tratarán de explicarles las causas del fenómeno, pero si no lo entienden irá a
ver un especialista, los soldados llevarán periódicos para taparse por si acaso llueve.
Conclusión: en nada
se parece la conclusión a que llegaron los soldados de línea, a la orden del
capitán. En nada se parece la orden que nos da nuestra madre para que
lellevemos manteca y le llevamos sal.
Por eso, papelito
habla.
*
Plática
sobre El Refugio
Por
Nodehar D´Sckrevir
Nuestro señor
presiente de la Crónica, Don Bernardo Carlos Casas sostuvo una plática sobre El
Refugio el 23 del presente en el cine foro de la Casa de la Cultura de San
Pedro Tlaquepaque.
19/20
Allí
estuvimos, y supimos cosas del Refugio que no sabíamos. Algo sobre la vida del
benefactor Francisco Martínez Negrete desde su nacimiento, sus negocios, su
familia y la trágica quiebra de su casa financiera llamada “Francisco Martínez
Negrete e Hijos” que siendo un referente internacional para cuestiones de
dinero, quebró. Fue un fenómeno que lo orilló a la muerte. Se habló de los
túneles, de las monjas josefinas y su afán de quedarse con la finca alegando
tener 50 años trabajando en ese lugar, de su fracaso en esas intenciones y de
su inminente salida como enfermeras. De la contratación de la monjas del
Sagrado Corazón y de otros temas mucho muy interesantes. Los asistentes
quedaron complacidos.
El ciclo de
pláticas está dentro del programa cultural de febrero que se lleva a cabo, junto
con otros eventos.
20/20
Doña Josefa Martínez Negrete y Fray Luis Arguello
*
La Hojita de la Crónica, órgano
cultural de la Crónica y los Cronistas Honorarios, sin frecuencia de aparición.
Misión: promover la Historia de Tlaquepaque. Fundador Bernardo Carlos Casas, 8
de enero de 2020. Colaboradores fundadores: Vicente Moreno, Juan Manuel, José
Antonio Galán Amézquita, Bececé, Nödehar D´Sckrebir e Isaac Padilla.
No. 68, 23 de febrero de 2022.
bercar_casas@hotmail.com
https://cronistabernardoccasas.blogspot.com/
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respeta la libre expresión y estilo de los colaboradores